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IMAGEN: Prensa River
IMAGEN: Prensa River

En el cierre de la jornada dominguera, Olimpo y River igualaron 1 a 1 en Bahía Blanca. Jacobo Mansilla puso en ventaja al local, mientras que Gonzalo Martínez igualó a cuatro minutos del final. 

En Bahía Blanca, River se despidió de la primera etapa del año con un empate agónico y sufrido. El equipo de Gallardo no jugó bien, a pesar de haber contado con el monopolio del balón durante largos pasajes del encuentro. Cayó una y otra vez en la maraña que construyó el conjunto de Osella y le costó llegar con claridad al arco de Olimpo.

El local, ordenado en el fondo, se animó en contadas ocasiones. Apostó a la pelota parada y algunos contragolpes, sin demasiada profundidad. Sin embargo, contó con la situación más clara luego de una salida en falso. El remate de Sebastián Blanco despintó el poste derecho del arco de Barovero. Fue, en definitiva, la única ocasión neta en el primer tiempo.

En el completo, el conjunto bahiense aprovechó otra desatención en la defensa de River y aprovechó al máximo la primera situación que tuvo. Una mala salida de Vangioni permitió el control de Encina y un centro preciso para que Mansilla pudiera empujar la pelota al fondo de la red, anticipando a Mayada.

El equipo de Gallardo se nubló y cayó en el juego de Olimpo. Dividió demasiada la pelota, trasladó en demasía y facilitó la tarea defensiva del local, que aguantó casi sin problemas hasta el final del encuentro. Los ingresos de Kaprof y López no dieron el  desequilibrio en el mano a mano que buscó el «Muñeco». Sin embargo, cuando el encuentro parecía tener un descenlace fatal para La Banda, encontró en la buena pegada del «Pity» Martínez el empate agónico y el desahogo.

Sin jugar bien, River estiró su buena racha y consiguió una igualdad impensada, por el momento del partido y las pocas situaciones generadas ante un equipo que lo hizo sentir incómodo. El descanso llega en el momento justo. A recargar pilas.