(INCLUYE VIDEO) En diálogo con LA MÁQUINA RADIO, Agustín Wierna, enganche de la Novena División de River, contó cómo vivió sus primeros seis meses en el fútbol juvenil y destacó las diferencias con las divisiones infantiles.
La Novena División cerró el torneo con una goleada ante Patronato y una gran actuación colectiva. Entre los puntos más altos estuvo Agustín Wierna, que tras la goleada dialogó con LA MÁQUINA RADIO y destacó que disfrutar lucir el dorsal número diez, una camiseta emblemática para la historia de River Plate.
LMR: Último partido del torneo, costó un poquito destrabarlo al principio, ¿cómo lo viviste y qué sensaciones te dejó el encuentro?
AW: El primer tiempo fue un poco trabado para nosotros aunque empezamos ganando. Estuvimos más en nuestro campo. En el segundo tiempo empezamos a atacar más, a jugar en el campo de ellos. Pudimos hacer los cuatro goles y ganar.
LMR: ¿Qué es lo que destacás de esta primera mitad de año? Qué te llevás de positivo para el segundo semestre?
AW: Había empezado más o menos. En este último tramo empecé a levantar. Tengo que tratar de seguir así en el segundo semestre.
LMR: Venían jugando bien pero no se les daban los resultados. ¿Los ayuda eso en lo anímico?
AW: Sí, nos ayuda mucho. Estuvimos trabajando toda la semana, siempre lo dábamos todo y no se nos daba. Ahora llegamos con mayor confianza para el otro semestre.
LMR: Llevás la cinta de capitán. ¿El técnico te dice o te pide algo en particular o vos asumís la responsabilidad adentro de la cancha?
AW: Me dice que haga jugar el equipo y dé el ejemplo.
LMR: ¿Qué se siente vestir la camiseta de River y tener 10 en la espalda?
AW: Es un orgullo terrible, la verdad que no se puede explicar.
LMR: ¿Tenés algún referente en tu puesto, alguien que mires y tomes alguna cosa?
AW: En Europa, Messi. De acá miro mucho a Nacho Fernández y a Quintero.
LMR: ¿Cómo viene la adaptación a Novena? Vienen de infantiles, ¿qué cosas les cuesta más en el proceso de agarrar el ritmo de inferiores?
AW: Es un cambio total. Cambia mucho la manera de juego, hay mucha más exigencia. Antes, en infantiles podías agarrar la pelota y pasar a todos. Ahora tenés que jugar a uno o dos toques porque no podés.
Nota: Andy Gómez