![\"\"](\"https:\/\/lamaquinariver.com.ar\/wp-content\/uploads\/2017\/04\/Gallardo-vs-Quilmes.jpg\")
\u201cLo imposible es el fantasma de los t\u00edmidos y el refugio de los cobardes\u201d<\/strong><\/em><\/p>\n Napole\u00f3n Bonaparte<\/strong><\/p>\n <\/strong>\u201cSi Gallardo me mira a los ojos y me pide que me quede, va a ser muy dif\u00edcil decirle que no\u201d<\/strong><\/em><\/p>\n Lucas Alario<\/strong><\/p>\n Marcelo Gallardo cumple tres a\u00f1os como t\u00e9cnico de River. Hizo todo: derrib\u00f3 mitos, gan\u00f3 Copas, gener\u00f3 historias, sonrisas, emoci\u00f3n. Pero hay algo m\u00e1s importante que todo: el placer incomparable de llegar a lo inalcanzable.<\/em><\/p>\n \u201cSe puede profundizar lo que viene de lograrse, tenemos que redoblar la apuesta\u201d<\/em><\/strong>, dijo, cuando nadie lo miraba. Y no porque no fuera noticia, sino porque el 6 de junio del 2014 la inmensa mayor\u00eda de los programas deportivos en general y los medios de comunicaci\u00f3n en particular, estaba con los ojos en Brasil, mirando el mundial. Un hombre grande de porte peque\u00f1o ten\u00eda un saco gris y deb\u00eda correrse el pelo para hablar. Su River ven\u00eda de salir campe\u00f3n y perd\u00eda a cuatro de sus figuras. Fernando Cavenaghi, por lesi\u00f3n; y Carlos Carbonero, Manuel Lanzini (\u00e9ste \u00faltimo se ir\u00eda d\u00edas despu\u00e9s de la Copa del Mundo) y Cristian Ledesma por emigraci\u00f3n, no ser\u00edan de la partida. Hab\u00eda que mejorar a un equipo campe\u00f3n sin sus figuras. Marcelo Gallardo enfrentaba, desde el inicio, lo imposible.<\/p>\n Empezaba junio del 2014 y ten\u00eda un nuevo trabajo. Zapatos apretados, pantal\u00f3n de vestir molesto y camisa celeste manga larga. Estaba un poco emocionado, pero, en el fondo, no quer\u00eda estar ah\u00ed.<\/u><\/em><\/p>\n El contexto era adverso. River hab\u00eda logrado cortar con el Torneo Final 2014 la racha que entre 2008 y 2013 lo llev\u00f3 al peor momento de su historia. Y, en el momento en el que sale a flote, su t\u00e9cnico, el gran Ram\u00f3n, lo abandona. Las cosas estaban cuesta arriba. La famosa idea de \u201ctorneo transici\u00f3n\u201d aparec\u00eda en los pasillos del Monumental. Parec\u00eda que River deber\u00eda luchar m\u00e1s en lo econ\u00f3mico que en lo deportivo y deber\u00eda, \u201creinventarse\u201d, o alg\u00fan chamuyo<\/em> vinculado a la autoayuda de aquellos que ya visualizan la derrota.<\/p>\n Siempre hay que laburar, l\u00f3gicamente, pero \u00e9l estudiaba otra cosa. Su vida, esperaba, no terminar\u00eda en la computadora y un sistema atrasado de \u00f3rdenes inform\u00e1ticas. <\/u><\/em><\/p>\n Los dos primeros partidos coincidieron con este diagn\u00f3stico. Dos empates, uno en cero con Ferro por Copa Argentina (River terminar\u00eda pasando de pase por tiros desde el punto del penal) y en 1 ante Gimnasia hac\u00edan pensar lo probable. Pero un 2 a 0 a Rosario Central cambi\u00f3 todo. Un f\u00fatbol fluido con toque y velocidad, combinado con presi\u00f3n asfixiante y marca en todos los rincones. El sol de algo diferente estaba asomando. Hab\u00eda, sin lugar a dudas, una historia de amor por venir.<\/p>\n Se distra\u00eda, miraba por la ventana. Siempre hab\u00eda algo de gris en la oficina.<\/u><\/em><\/p>\n Lo dem\u00e1s ya lo saben. Un River con f\u00fatbol brillante, para dar pas\u00f3 a conquistar Am\u00e9rica con una garra y convicci\u00f3n inigualables. Eliminar dos veces a Boca, ganar en Brasil 3 a 0. Todos los mitos eran derrotados por el River de Gallardo. Seis t\u00edtulos en 3 a\u00f1os. 5 cert\u00e1menes internacionales en su palmar\u00e9s, la misma cantidad que el club ten\u00eda en sus 113 a\u00f1os anteriores.<\/p>\n Quer\u00eda, como muchos estudiantes j\u00f3venes de Ciencias de la Comunicaci\u00f3n, ser periodista alg\u00fan d\u00eda. Escrib\u00eda mucho. Si bien ya escrib\u00eda de antes, encontr\u00f3 sin duda una de sus vocaciones cuando en octubre de 2015 escribi\u00f3 su primer nota para un portal informativo de internet del club que ama. Desde ah\u00ed, se fascin\u00f3 con escribir del River de Gallardo.<\/u><\/em><\/p>\n \u201cSon tres cosas<\/em><\/strong> \u2013dijo, cuando le preguntaron c\u00f3mo hab\u00eda armado a su River-. Primero, el equipo; segundo, el equipo; tercero, el equipo\u201d.<\/strong><\/em> Gallardo no solamente ganaba, sino que cambiaba la perspectiva de los jugadores de River. Modificaba la cosmovisi\u00f3n de mundo de miles y miles de j\u00f3venes que solamente iban a la cancha a alentar y a decir que estaban ah\u00ed. Les permiti\u00f3 a los purretes ver al River de verdad.<\/p>\n El d\u00eda despu\u00e9s de perder con el Barcelona debut\u00f3 en un programa de Radio. Los lunes, desde ese d\u00eda, empezaron a ser cada vez mejores.<\/u><\/em><\/p>\n Ganar, en parte, es no tener miedo a perder. Gallardo es el t\u00e9cnico del River post ascenso. Es la humildad de la vuelta y la seguridad de lo propio. Su \u201cvolver a ser\u201d, no puede soslayar el cambio por el que tuvo que atravesar River. Ya nada estaba ganado de antemano. Vio, as\u00ed, la necesidad de construir un equipo, al margen de sus figuras. River no era una joya pulida sino un grupo de gente dispuesta a dejar todo sin esperar nada. Gan\u00f3 en todos lados porque sab\u00eda que pod\u00eda perder. Pero eso no le importaba.<\/p>\n River se reconstruy\u00f3, y Gallardo fue su arquitecto. Es el emblema popular de un equipazo humilde. Es el tipo que a las 3 de la ma\u00f1ana te viene a visitar porque fuiste dejado o dejada. Hace de la palabra o el ejemplo.<\/p>\n A\u00f1os despu\u00e9s, ya en junio de 2017, se dio cuenta de que hace tres a\u00f1os que estaba en la empresa. Se dio cuenta, reci\u00e9n ah\u00ed, que era m\u00e1s o menos el mismo tiempo en el que su \u00eddolo dirige River. Estaba un poco cabizbajo: su equipo hab\u00eda perdido con San Lorenzo y sus chances de salir campe\u00f3n de reduc\u00edan. <\/u><\/em><\/p>\n Puede fumar abajo del agua. Puede poner un 2 de nueve y que le vaya bien. Puede traer el enganche de un equipo descendido y ponerlo en la historia de River. Puede buscar un centro delantero de 22 a\u00f1os de un club ignoto y llevarlo a la cima de Am\u00e9rica.<\/p>\n Sin embargo, siempre est\u00e1 pensante. Siempre se mueve, mira, escucha, vuelve. Lo inquieta la gloria. No se conforma con lo posible: siempre se puede redoblar la apuesta.<\/p>\n Se dio cuenta que fueron muy pocos los inicios de semana que no le dieran una sonrisa, por m\u00e1s que su trabajo no le gust\u00f3 nunca. Razon\u00f3 y vislumbr\u00f3 que Gallardo permit\u00eda una sonrisa todos los lunes. Otra vez, su \u00eddolo va atr\u00e1s de lo imposible.<\/u><\/em><\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":" \u201cLo imposible es el fantasma de los t\u00edmidos y el refugio de los cobardes\u201d Napole\u00f3n Bonaparte \u201cSi Gallardo me mira a los ojos y me pide que me quede, va a ser muy dif\u00edcil decirle que no\u201d Lucas Alario Marcelo Gallardo cumple tres a\u00f1os como t\u00e9cnico de River. 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