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EL MILLONARIO NO PUDO ANTE EL FORTÍN EN NÚÑEZ (IMAGEN: Getty)

River fue muy superior al Fortín, pero falló en las áreas y se fue del Monumental con las manos vacías. Nicolás Domínguez abrió el marcador para la visita, Nacho Fernández igualó para el Millo, pero sobre el cierre Andrés Merlos -de pésimo arbitraje- sancionó de manera injusta un penal para Vélez -hubo mano en la jugada previa- y los de Heinze se llevaron los tres puntos gracias a la conversión de Thiago Almada desde los doce pasos.

En la primera etapa, River manejó la pelota con paciencia y tuvo el control del juego durante la mayor parte del juego. Sin embargo, en defensa tuvo algunos desajustes que le permitieron a Vélez llegar con algo de peligro. El primer aviso fue a los 13 minutos, con un centro desde la izquierda de Lucas Janson que alcanzó a peinar Lucas Robertone. Para fortuna del local, el cabezazo salió al medio, a las manos de Franco Armani.

River era más, pero le faltaba el último toque. Hacía casi todo bien hasta la puerta del área, pero erraba en la estocada final. A los 26 minutos, no sólo logró poner por primera vez a uno de sus delanteros mano a mano con el arquero, sino que se dio una jugada que pudo cambiar el desarrollo del encuentro. Nacho Fernández habilitó a Matías Suárez, que anticipó de cabeza y se iba solo para el gol, pero el arquero Lucas Hoyos se lo llevó puesto y lo derribó dentro del área. Penalazo para todos, menos para Andrés Merlos, que comenzó a desdibujar el partido con un arbitraje para el olvido.

A los 37′, la última línea del Millo volvió a dar ventajas. Y esta vez, el equipo de Heinze no perdonó. Armani salió con un pelotazo a dividir que quedó corto, Paulo Díaz quedó desacomodado tras un cabezazo de Robertone y Nicolás Domínguez entró solo por su sector, para definir cruzado y poner el 1 a 0.

Antes del cierre, Vélez tuvo una muy clara en los pies de Maximiliano Romero. En la jugada siguiente, salió jugando Martínez Quarta, tocó para Fernández y Nacho, con un zurdazo tremendo, le tiró abajo el travesaño a Hoyos.

En el complemento, fue absolutamente todo de River, que obligó a jugar a Vélez muy cerca de su arco. Al minuto de juego ya tuvo su primera chance tras un centro de Nacho y un cabezazo a quemarropa de Rafa Borré que alcanzó a despejar el #1 velezano. A los 10′, Suárez probó desde afuera del área, pero el balón se fue apenas desviado. Era el momento que el equipo de Gallardo acechaba y el de Heinze no hacía pie.

A los 14 minutos, Martínez Quarta salió jugando desde el fondo, combinó con Suárez y llegó al fondo de la cancha en posición de wing izquierdo. El defensor millonario amagó, tiró un caño, entró al área, levantó la cabeza y metió el centro atrás para el ingreso de Nacho Fernández, que esta vez definió en posición de centrodelantero para establecer el merecido 1 a 1.

Siete minutos más tarde, el campeón de América estuvo cerca del segundo tras un córner desde la derecha. Tras una serie de rebotes y despejes le quedó al Chino Martínez Quarta, que la agarró con el empeine derecho y de frente al arco. El balón dio en el poste derecho de Hoyos. El empate le quedaba corto al gran partido que estaba haciendo River.

Sin embargo, los goles que no se hacen en un arco…se sufren en el propio. Y es lo que le pasó al elenco del Muñeco a diez minutos del final. Lucas Janson recuperó en una mala salida de Nacho Fernández y Thiago Almada aprovechó un resbalón de Martínez Quarta para encarar a Franco Armani, que terminó derribándolo dentro del área. Antes, el jugador de Vélez había acomodado la pelota con la mano. Merlos cobró penal y el propio Almada anotó el 2-1. Injusticia absoluta.

El cierre del encuentro tuvo un capítulo más para el bochorno arbitral. A tres del final, Merlos vio una mano extendida de Luis Abram y esta vez sí sancionó penal. Nobleza obliga, no existió. Por la protesta airada, el defensor velezano vio la segunda tarjeta amarilla. Luego de un par de minutos de discusión, ejecutó Nacho Fernández y desvió Hoyos.

River no ligó nada y se fue con las manos vacías en un partido que mereció mucho más. Los delanteros siguen con la pólvora mojada y el Monumental parece esquivo en la Superliga: cosechó apenas un punto de los últimos nueve en casa. ¡En la Copa cueste lo que cueste!