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POR UBALDO KUNZ

En un buen partido en líneas generales, el conjunto millonario derrotó a Estudiantes de La Plata por 2 a 0 con un doblete de Rogelio Gabriel Funes Mori. En su debut, Barovero cumplió y desde la solidez el «Millonario» construyó un triunfo que le da un poco de aire.

Hubo que embarrarse. No sólo por la incesante lluvia y el estado del campo de juego. El partido que plantearon en La Plata ambos equipos fue tan trabado en el primer tiempo, que desde el vamos dio la sensación que se lo llevaba el que primero aprovechara la mínima chance que tuviera, o no se lo llevaba nadie.

Con el fútbol de River volcado hacia las bandas, con Sánchez por derecha y Lanzini por izquierda, el equipo dirigido por Almeyda apostó al contragolpe, a la salida rápida por los costados y el desborde para conectar la cabeza de alguna de las dos torres. Sucedió así en aquél cabezazo impecable de David Trezeguet que casi abre el marcador en el primer tiempo. River fue eso y poco más.

En el complemento, el equipo de Almeyda sorprendió de entrada con una corrida de Lanzini que definió bien por encima del arquero «pincharrata» pero que le faltó fuerza para que el balón terminara en el fondo del arco. Ahí estaba la clave y así lo entendió River. Con sólo dos contragolpes, selló una victoria que terminó siendo clara y justa. Sin sobrarle nada, pero con mucha sobriedad y firmeza en el fondo. A Barovero no le llegaron mucho pero cuando lo probaron respondió bien, y la dupla de centrales mostró una firmeza que river necesitaba para solidificar su confianza.

No hubieron puntos flacos, tampoco brillo ni volumen de juego. River se adaptó mejor al planteo que propuso Estudiantes. Desde esa idea madre, sin regalar los espacios ni las ventajas que dio contra Belgrano, el Millonario se llevó tres puntos muy importantes contra un duro rival. Veremos