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Por Ubaldo KunzNo es un título sensacionalista. Tampoco es una noticia que podamos afirmar como una veracidad absoluta. En realidad, todos nos enteramos por una nueva fuente de información que el «Melli»  ya está vendido a Italia. Es que el Balance que presentó la gestión Passarella presume que Rogelio Gabriel sería adquirido por el Nápoli en 35 milllones de pesos. Por ese motivo, sólo por eso, las cuentas darán un superávit de más de 17 millones de pesos.

No somos exagerados si decimos que el próximo jueves se votará en Comisión Directiva un nuevo dibujo. Un «garabato» como los que nos tenía acostumbrados la gestión Aguilar. Creíamos que con el Kaiser «se acababa la joda», pero nada de eso ocurrió. River sigue apelando a la venta de jugadores para tapar baches y cerrar números que evidencian un notable incremento del pasivo.

Durante el Aguilarato se transformó en moneda corriente la venta de porcentajes y de juveniles para que los balances dieran un superávit ficticio. Mientras tanto, la economía real de la institución se desmoronaba al ritmo del desguace que iban perpetrando. La gestión del «nacido para defender a River» no sólo apela a la venta de juveniles con pocos partidos en Primera (Lucas Ocampo es otro ejemplo que se suma a la larga lista), sino que además se adelanta en el tiempo y contabiliza ventas que no sólo no pasaron por la aprobación de la Comisión Directiva, sino que en la práctica son simples ofertas informales, sin faxes ni papeles oficiales.

De esta manera, el supuesto superávit que arroja el Balance del período 2011/2012 en realidad esconde un déficit de más de 17.000.000 de pesos y un pasivo que se acerca a los 300.000.000 de pesos por año. Una manera elegante de mentirle al socio de River, una vez más.

Más allá de los números y las formalidades, hay algo aun más grave: el tan mentado «campeonato económico» pasó a ser la prioridad y el único objetivo de esta gestión, al igual que en el segundo mandato de José María Aguilar. Lejos de la pelea deportiva en todos los frentes, tanto en el torneo local como en la clasificación a las copas internacionales, hace tiempo River viene padeciendo la misma política: vender jóvenes promesas para remendar agujeros enormes en los números de una gestión deficitaria por donde se la mire. El fútbol, bien gracias. ¿Ganar campeonatos? ¿Qué es eso?

Así, con esta forma de conducir el Club, están destruyendo lo que River construyó durante 100 años de gloria.

Así, con estos dirigentes -con los actuales, los anteriores y los que siguen estando- están terminando de derrumbar la historia del equipo más grande de la República Argentina.