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Por Carolina Cuello

Hoy por la tarde, en el predio de Ezeiza, Matías Almeyda habló con la prensa y dio por finalizado su ciclo en River. Agradeció a los hinchas, al plantel y no descartó volver en el futuro. Por último, pidió al periodismo «desenmascarar a los hipócritas».

El ex entrenador millonario rompió el silencio. Lo hizo en conferencia de prensa, luego de su última práctica con el plantel profesional. En primer lugar , remarcó que se fue con la tranquilidad de haber dejado todo, sin otro interés que su amor por la banda roja:  «Me siento un poco extraño alejándome del club por el que tengo un gran sentimiento. Pero por medio del diálogo terminé mi vínculo con River. Con cosas positivas y negativas, cosas por mejorar, pero con la tranquilidad de haber dejado hasta la última gota de sudor por esta camiseta. Por respeto al hincha, a los jugadores y también a la dirigencia que me dio la chance de dirigir en un momento complicado»

En lo que respecta a su salida, destacó que se dio en buenos términos, pero aclaró que ya no podía seguir dirigiendo a River bajo las condiciones en las que venía haciéndolo: «Lo que tuve que hablar con el presidente lo hablé y queda ahí. No sirve ser de esa parte que deja mierda cuando se va. Surgió una reunión en la que por intermedio del diálogo quedamos de acuerdo en que yo me tenía que ir. A una semana de terminar el campeonato y no saber donde se iba a hacer la pretemporada son señales que te van dando. Yo no quería dramatizar porque ante todo está la institución. Dialogando se lleva a buen puerto«.

Por otro lado, reconoció que le costó «bancarse» un año y medio de críticas a su trabajo y que hoy siente todo el desgaste que implica ser técnico de River: «estoy dolorido porque fue el último entrenamiento. Me costó mucho volver al fútbol y siempre desvalorizaron mi labor, pero soporté por el grupo de trabajo y los jugadores que he tenido. Pero uno es humano, si ven una foto mía de hace seis meses, soy otro. Me consumí, dejé parte de mi vida por esta camiseta».

Por último,  cuestionó el accionar de algunos dirigentes, que jamás mostraron su apoyo al proyecto, que muchas veces «patearon en contra», y pidió a la prensa que lo denuncie: «No puedo poner las manos en el fuego por nadie. River es grande y se tejen un montón de telas de araña, y hay muchas arañas que van creciendo por un interés. Yo no fui ni araña ni tela de araña. Fui puro y traté de luchar con dignidad, a pesar de que hay muchos que obraron de mala fe, que no quieren a River como lo quiero yo. Y quiero aclarar que cuando me despedí había sólo dos directivos: Passarella y Turnes, el resto no se donde estaba, Ustedes alguna vez podrían nombrar a esos dirigentes con nombre y apellido para mejorar el fútbol argentino, hay que desenmascarar a los hipócritas»

Almeyda habló aproximadamente unos veinte minutos y se retiró de Ezeiza con bronca, dolor y resignación. Dejó varias frases picantes y focalizó supuestos intentos desestabilizadores en la segunda línea de dirigentes. No dio nombres, pero espera que el paso del tiempo ponga las cosas en su lugar. Así terminó su ciclo. Así se fue de River. Con la promesa de volver.