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En el programa del lunes, recordamos la Copa Intercontinental conseguida en 1986 junto a Alejandro Montenegro. Otra de las sorpresas fue la comunicación telefónica desde Uruguay con Antonio Alzamendi, el autor del único gol de la final en Japón.

El 29º programa de LA MÁQUINA tuvo otra sorpresa para Alejandro Montenegro. Desde el otro lado de la orilla, Antonio Alzamendi salió vía telefónica y no reparó en elogios para el lateral de aquél inolvidable partido en Japón: “Me alegro que le estén haciendo un homenaje a Alejandro porque para mí él fue el mejor  jugador de la final, aparte es un tipazo”.

A la hora de recordar el equipo del “Bambino”, una de las principales virtudes de aquél plantel para Alzamendi era el compañerismo: “Me acuerdo que después de los entrenamientos nos íbamos en frente del Club a comer una picada todos juntos”, señaló don Antonio.

Más allá de la unidad en el vestuario y fuera del campo de juego, el ex delantero uruguayo apuntó al profesionalismo que tenían esos jugadores a la hora de entrenar: “Nosotros nos quedábamos, tirábamos centros, mejorábamos la parte que estábamos mal”, y añadió: “Era una alegría la concentración, pero cuando había que trabajar se trabajaba”.

 Con respecto a la final contra el Steaua de Bucarest, pesé a ser el autor del único tanto del encuentro, Antonio remarcó la importancia que tuvo Alejandro Montenegro en ese partido: “Ale en esa final borró prácticamente al punta de ese lado, metió, era un infierno como estaba jugando, para mi fue el mejor jugador de esa final”, reiteró el oriental, en un acto de humildad inusitada en este ambiente.

Pese a que tocaron el cielo con las manos, las diferencias culturales impidieron que el plantel celebrara la gloria hasta altas horas de la madrugada: “Al final nos juntamos todos en una pieza”, remarcó don Antonio. Aunque, fieles al estilo “jodón”, varios integrantes del plantel hicieron varias de las suyas: “Me acuerdo que levantaban a un japonés por el aire, el “Negro” (Enrique) se puso un kimono, la verdad que fue inolvidable”, concluyó Alzamendi, que pese a ser reconocido por la FIFA como la figura de aquella enorme final, le sigue agradeciendo a Montenegro por su sacrificio. La humildad que sólo tienen los campeones…

Escuchá el audio con la nota completa en el siguiente enlace:

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