El defensor millonario volvió al Monumental. Recibió una tibia silbatina cuando la voz del estadio anunció el equipo, pero redondeó un buen primer tiempo. En el complemento, se quedó en el vestuario por una molestia muscular.
Román es, sin duda alguna, el jugador más resistido del plantel. Su último partido con la camiseta millonaria fue con Almeyda como entrenador, Atlético de Tucumán como rival y el mismísimo Monumental como escenario. Esa tarde, el defensor paraguayo se quedó en el vestuario en el entretiempo luego de un flojo primer tiempo y una reprobación absoluta de todos los espectadores.
El hincha de River no le perdona la mano infantil que cometió en el partido de ida de la Promoción. Así se lo hizo saber nuevamente en la previa, cuando la voz del estadio anunció la formación del equipo y la pantalla mostró la imagen del zaguero guaraní. Una tibia silbatina bajó de los cuatro costados del Monumental, mezclada con unos pocos aplausos.
Sin embargo, Román esta vez no sintió el murmullo y el maltrato del hincha. El defensor millonario redondeó un buen primer tiempo, en sintonía con las actuaciones que venía sosteniendo desde que regresó del Palmeiras de Brasil. Mostró solidez y seguridad en cada una de sus intervenciones, pero no pudo regresar en el complemento por una molestia muscular en el aductor izquierdo.
En las próximas horas será sometido a exámenes y estudios para determinar el grado de la lesión. Aunque todo hace prever que llegará sin inconvenientes al próximo encuentro contra Tigre en el Monumental, para rendir un nuevo examen ante un público que todavía lo resiste.
