Por Rodrigo Carnovale
Desde que arrancó el torneo, River no completó un partido conforme al paladar del hincha, lo que se dice jugar bien.
Tuvo veinte minutos contra Belgrano de Córdoba, que se aprueban porque jugó con uno menos y la actitud fue óptima. El segundo partido con Estudiantes fue un tiempo, con eso le bastó para ganarle a un equipo muy pobre. Contra Tigre fueron los últimos quince minutos. Ante San Lorenzo no fue nunca, porque nunca le encontró el rumbo.
El domingo por la tarde-noche fueron los primeros cuarenta y cinco minutos. En los primeros veinte, el equipo de Ramón (y Emiliano) manejó el partido. Tuvo dinámica, actitud, River fue muy superior a un Colón desconocido. Fue un equipo rápido por sobre todas las cosas, con Vangioni muy metido y explosivo, los dos delanteros tocando de primera, y de hecho hubieron varias llegadas y situaciones.
En el segundo tiempo, River le dio la pelota a Colón y lo agrandó. Parecía el mismo equipo que jugó contra San Lorenzo. Perdió el medio, la pelota, se la cedió al rival. Lo positivo es que antes estos partidos no se ganaban. Es muy importante sumar y mirar a todos desde arriba.
Uno se pregunta cómo puede funcionar River a lo largo del campeonato. Todavía no le encontró Ramón la regularidad que uno pretende. Lo que sí está claro, es que hay dos o tres jugadores que no pueden jugar más en este equipo con el nivel mostrado hasta el momento.
