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Foto. Diario Olé
Foto. Diario Olé

River cayó ante Lanús en el sur y se despidió del torneo. Además, recibió la goleada más abultada en los últimos tres años y volvió a mostrar muchísimas flaquezas en condición de visitante.

El triunfo «Leproso» en Rafaela volvía a poner a River en una situación límite. A todo o nada. Ganar o quedar en el camino. Y a decir verdad, por lo evidenciado en el verde césped, el equipo de Ramón hizo todo lo posible para decir adiós, casi desde el vestuario.

El conjunto granate, con una contundencia inusitada en lo que va del certamen, se despachó con una clara goleada construida  a partir de un gol tempranero -y en off side, vale decirlo- de «Pochi» Chávez. Más allá del lamento, River pareció reaccionar tres minutos más tarde desde el extraordinario zapatazo de Leonel Vangioni, que puso la igualdad transitoria en tan sólo seis minutos.

Sin embargo, en el planteo golpe por golpe, el «Millonario» volvió a sufrir un nuevo revés cinco minutos más tarde en los pies de Pizarro, que anticipó a Barovero y a una defensa dormida y definió con el arco prácticamente vacío. Tan sólo dos minutos después, River sufrió un nuevo desborde por afuera, esta vez desde la izquierda, para que Ayala definiera ante una zaga a contra pierna de la jugada.

En 13 minutos, el local estaba 3 a 1 arriba y desnudaba todas las falencias de un equipo desarmado, desarticulado, descompensado y todos los adjetivos negativos que se quieran agregar. Mientras pasaban los minutos, la apatía de los jugadores de River crecía proporcionalmente al «agrande» de Lanús, que tocaba la pelota, la hacía circular y jugaba para el «ooooleeee» de la tribuna.

Ni las modificaciones de Ramón ni los golpes de timón desde lo táctico pudieron cambiar una historia que pareció sentenciada desde el vamos. El cuarto y quinto gol granate profundizaron aun más la herida. River se comió una goleada histórica, de esas que duelen, que se recuerdan y que exigen replantear muchas cuestiones.

Lo concreto es que River dijo adiós. Se despidió del torneo y lo hizo de la peor manera, dejando una imagen muy triste y un rendimiento que abre demasiados interrogantes de cara al futuro.