Juan Manuel Iturbe, que se despedía de River, fue protagonista excluyente en el final del partido: primero, marcó un verdadero golazo para sentenciar la historia de San Martín; luego, cancheró y generó la reacción de todo el equipo sanjuanino. Delfino debió suspender el encuentro faltando dos minutos para el final.
No era un partido más para Juan Manuel Iturbe. Las emociones estaban a flor de piel para el ex jugador de Cerro Porteño, que ingresó a los 12 minutos del complemento sabiendo que eran los últimos con la banda roja antes de regresar a Portugal.
Y la «Pulga» pagó con creces: el equipo de Ramón, que la pasaba mal de local ante un ambicioso San Martín de San Juan, encontró en Iturbe la pieza clave para apostar al contragolpe y romper desde la velocidad del joven delantero el dominio de la visita.
A los 43 del complemento, cuando el partido se moría y el Millonario estaba contra las cuerdas, el atacante del Porto aprovechó su velocidad en un pelotazo largo y quedó mano a mano con el arquero sanjuanino, que poco pudo hacer ante la definición del delantero de River.
Sin embargo, minutos más tarde desató la furia. Sobre la linea del corner tiró unas pisadas y un caño levantando la temperatura de los jugadores verdinegros, que tomaron el gesto técnico como una burla. Después de sufrir una serie de empujones, se tiró al suelo, luego se levantó y realizó gestos a la platea Belgrano, generando una batahola inaudita. Todos los jugadores de San Martín, titulares y suplentes. ingresaron al campo de juego para amedrentar al delantero, que se fue con custodia policial con el partido suspendido.
Luego, Iturbe pidió disculpas a los jugadores de San Martín de San Juan y también a sus compañeros, que le hicieron saber que estaba equivocado. Así se fue de River, con una de cal y una de arena. Con destellos de buen fútbol. Y con un verdadero golazo.
Por Ubaldo Kunz / @Sepu79
