River finalizó la etapa más intensiva de la pretemporada y se despidió este mediodía de Salta. Mientras espera por algunos refuerzos más, ya piensa en el Torneo Inicial y la Copa Sudamericana. Ramón quedó muy conforme con los juveniles.
Con el amistoso ante Gimnasia y Tiro en el «Gigante del Norte», River cerró una pretemporada que dejó varias conclusiones en el cuerpo técnico millonario. Fueron catorce días en los que hicieron principal hincapié en el aspecto físico, pero a su vez hubo mucho fútbol, como le gusta a Ramón.
Pese al comienzo dubitativo en los dos primeros amistosos (empate ante Juventud Antoniana y derrota frente a Central Norte), el entrenador millonario quedó muy conforme con la producción de los juveniles. Entre los puntos más altos, el riojano resaltó entre los íntimos el potencial de Matías Kranevitter, el olfato de Giovanni Simeone y el desequilibrio de Juan Kaprof.
Con el sabor amargo de no poder contar con la mayoría de los refuerzos, Osmar Ferreyra pudo sumar sus primeros minutos y mostró algunos destellos interesantes. Además, recuperó en el fondo la categoría de Germán Pezzella, que arrancaría el torneo como titular.
Entre los aspectos negativos, los únicos dolores de cabeza vinieron de la mano de las lesiones de Leo Ponzio, Eder Álvarez Balanta y Jonathan Bottinelli, que de todos modos terminaron siendo leves y no impidieron que los jugadores continuaran con la pretemporada.
Más allá de las primeras lecturas, el amistoso contra Racing en el Monumental sería el escenario ideado para el debut de Jonathan Fabbro y Carlos Carbonero con la camiseta millonaria, al menos desde el banco de suplentes, en un equipo que alineará los posibles once titulares que arrancarán el Torneo Inicial una semana después.
Salta quedó atrás. Hacia adelante está el futuro, que comenzará a escribirse en poco más de una semana.
Por Ubaldo Kunz / @Sepu79
