Sobre el final del encuentro, el árbitro Rapallini obvió un claro penal a favor de River que pudo sentenciar el empate agónico. Al término del partido, los jugadores, hinchas y hasta Ramón Díaz expresaron su bronca por la mano no cobrada.
Que River jugó mal está fuera de toda discusión. Que perdió por errores propios ajenos al arbitraje, también. Pero sobre el final del encuentro, hubo una jugada que pudo haber cambiado los ánimos del equipo de Ramón.
Iban tres minutos de tiempo recuperado cuando el «Malevo» Ferreyra desbordó por la izquierda y ejecutó un centro que iba al corazón del área, donde esperaban Teo y Gio para empujar el balón. Sin embargo, la mano de Oscar Carniello desvió la trayectora de la pelota y el Monumental se convirtió en un verdadero hervidero.
Era penal, pero el juez Rapallini interpretó que era sin intención. Al finalizar el encuentro, todos los jugadores millonarios se fueron encima del árbitro, mientras el estadio en su totalidad lo insultó. Hasta el propio Ramón, en conferencia de prensa, apuntó: “El árbitro le dice a todo el público de River que fue mano. Ya ha pasado en otra oportunidad, no resuelven de la mejor manera. No queremos que nos regalen nada, pero si es mano que la cobren”, señaló el DT.
Por Ubaldo Kunz
