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FOTOS: Gentileza Filial Nueva York
FOTOS: Gentileza Filial Nueva York

El domingo pasado la filial de Nueva York vivió una noche memorable. Ya durante el día la gente anticipaba que una corriente positiva andaba deambulando por el aire. El sol había salido a pleno, Gimnasia había perdido…poco importaba el triunfo del Pincha del día anterior: si River ganaba quedaba a un pasito de ser campeón…

Campeón. Esa palabra con la que muchos crecimos todos los años, quizás algún año que otro no la nombrábamos, pero por lo general la decíamos anualmente o a veces dos veces al año, y a mediados de los 90’s, hasta tres veces en el año (y dos veces en 4 días!!). Pero la época de vacas flacas parece haber terminado…el club está en paz, hay un esfuerzo en común para hacer las cosas bien, y el equipo está primero y jugando bien…y como todo en la vida, después del crudo invierno, salió el sol.

En El Monumental de Manhattan estaban las caras conocidas, los que están siempre, los que van cada vez que el laburo los deja, y los turistas que no se pueden perder un solo partido del Millo, y menos en un momento tan trascendental. Ahí tenés a los que están siempre en el Monumental, el pibito que nunca vio a River ganar un tricampeonato, y que apenas se acuerda del último campeonato, el del 2008. Está aquel veterano que los vio a todos, a Amadeo, a Labruna, a Walter Gómez, a Moreno, Pedernera, Alonso, Pinino Más, los Onega, Kempes, Ramón en pantalones cortos, Francescoli: ¿Qué pensará ese señor de este fútbol contemporáneo? Lo que sí doy fe es que ese señor siente en las venas tanta pasión como yo, o como cualquier hincha de River apasionado como somos: ¡como gritó los goles! ¡Había que verlo gritar con los puños en lo alto, sumido en un éxtasis de felicidad incomparable! Y así todos…todos nos fundimos en abrazos, en los cánticos, en el aliento que nunca mermó en todo el partido, en el orgullo de formar parte de esa familia que se llama River, esa familia de locos que no paran de cantar.

El Monumental de Manhattan, de vuelta, se estremecía con nuestra fiesta. Que celebración!! Es verdad que todavía no somos campeones, pero ya lo estamos saboreando, como esos tragos de Jameson que son nuestro ritual de siempre, después de los partidos, en los malos momentos y en los buenos. Estamos cerca, y el domingo que viene esperamos una fiesta incomparable. Nueva York es de River, y este domingo que viene, lo será aún más. Ya verán…

Por Hernán Amorini.-