El «Lobo» Ledesma cerró una temporada inmejorable: líder y caudillo del mediocampo, metió un golazo (el primero en partidos oficiales con la camiseta de River) y se fue ovacionado por la multitud que reventó el Monumental. ¿Es el fin de su etapa en Núñez?
Si hay algo que ha caracterizado a River fue la constitución de equipos ganadores alrededor de un volante central fuera de serie. Desde Pipo Rossi, pasando por Merlo, Gallego, Astrada, Almeyda y Mascherano, todos supieron nutrir a esos planteles de un patrón de juego inconfundible. Eso, no es otra cosa que su identidad.
Este River modelo 2014 encontró lo propio en la figura de Cristian Ledesma, un líder silencioso dentro y fuera del campo de juego. Su lenguaje es el buen trato de la pelota. El pase redondo al compañero es su estandarte. Por eso, le dio fútbol a un equipo que, sin un enganche clásico, muchas veces se apoyó en su experiencia y jerarquía.
Este domingo, el «Lobo» dio otra demostración de talento inagotable. El destino le preparó un golazo inolvidable, para recordar toda la vida. El primero y quizá el último con la camiseta millonaria. El hincha le rindió tributo y reconocimiento a ese mediocampista que rescató Ramón del ostracismo y lo transformó en figura. Un volante de galera y de bastón, a la medida de este River campeón.
