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FOTO: Agencia DyN
FOTO: Agencia DyN

Luego de su inesperada renuncia, el entrenador millonario ofreció una conferencia de prensa en la que no aceptó preguntas del periodismo. Sólo agradeció a jugadores, hinchas, cuerpo técnico y dirigentes antes de su adiós. 

Gesto adusto. Voz entrecortada. Mirada triste. El brillo en los ojos del entrenador más exitoso de la historia de River estaba muy lejos de ser un fiel reflejo de la alegría que emanaba cuando regresó a su casa, a fines del 2012.

«Estoy muy feliz porque hoy River es protagonista, consiguiendo lo que todos los hinchas queríamos», fueron las palabras que rompieron el hielo de una salón Auditorium expectante. Todos, absolutamente todos, esperaban un por qué. Y Ramón, a su manera, lo dio: «Hay personas que tienen objetivos, el mío era poner a River en lo más alto, y creo que hemos cumplido», expresó.

Esta versión «políticamente correcta» de Ramón se despidió de Núñez con palabras de gratitud hacia «los hinchas, jugadores, dirigentes y periodistas, por la actitud conmigoLo único que tengo son palabras de agradecimiento». Pero sobre todo con su hijo, colaborador, amigo y confidente. Casi quebrándose, concluyó: «Este año tuve la satisfacción de trabajar con Emiliano, que es joven y creció muchísimo».

Los hinchas lo despidieron con aplausos. Los últimos de otro ciclo exitoso. La voz cauta, medida y respetuosa de Ramón permite creer que habrá otro capítulo. Que se trata de un hasta pronto. Los caminos de River y el riojano volverán a cruzarse en algún momento. Sólo por eso, quizá en otro tiempo, lo mejor esté por venir.