Isotipo_Figuras3
ANGELITO ETERNO. La representación de Labruna en un inflable. Un ídolo inagotable.
ANGELITO ETERNO. La representación de Labruna en un inflable. Un ídolo inagotable.

Hace 31 años fallecía Ángel Amadeo Labruna, el máximo ídolo de la historia de River. Su sabiduría y temple le dieron al «Millonario» un sinfín de vueltas olímpicas, pero sobre todo, un estilo.

El destino quiso que don Ángel se fuera sin el buzo de River. Es que el día que falleció Labruna era DT de Argentinos Juniors. Por una circunstancia de la vida. Un capricho del fútbol y de quienes toman decisiones, muy alejadas del clamor popular.

Sin embargo, su corazón latía y latió por River hasta el último segundo. Y fue ahí, en su casa, su lugar en el mundo, donde el fútbol pero sobre todo el pueblo riverplatense le dio su último adiós.

Los libros dirán que es uno de los máximos goleadores (junto a Arsenio Erico) con unos inalcazables 293 tantos. También recordarán que fue integrante y emblema de la mejor delantera de todos los tiempos, célebremente conocida como “La Máquina”. Las estadísticas reflejarán que don Ángel consiguió 9 títulos como jugador con la banda roja en el pecho. Y que se puso el saco de técnico para cortar una racha de 17 años sin vueltas olímpicas y poder ganar 6 campeonatos más.

Sin embargo, hay algo que los fríos números no pueden reflejar. Es lo intangible, eso que corre por la venas y suele definirse como sentimiento. Labruna asume esa condición de ídolo máximo de la institución no sólo por lo que ganó como futbolista y DT, sino porque defendió la camiseta de River como la siente su gente.

Hoy su figura se convirtió bandera, en símbolo, en identidad. Es el paladar negro pero también un profundo sentimiento hacia los colores. Es la nariz tapada y las burlas al eterno rival. Es nuestro gen. Es el «Día Internacional del Hincha». Porque en definitiva, ser Angelito Labruna es ser de River.

Por Ubaldo Kunz – @Sepu79