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Foto: Javier Garcia Martino / Photogamma
Foto: Javier Garcia Martino / Photogamma

M. Barovero (8.50): Excelente actuación del arquero. Mantuvo el cero en su arco, aunque esta vez tuvo varias jugadas complicadas, en especial en el primer tiempo, donde le sacó dos mano a mano a «Tito» Ramírez. En el segundo tuvo menos trabajo, apenas un débil remate de Fernández y no mucho más. Como siempre, impuso su voz de mando.

G. Mercado (6): Estuvo sobrio en la mayor parte del partido, aunque en el primer tiempo perdió una marca en una jugada que pudo terminar en gol. Subió y colaboró con la labor ofensiva, pero también tuvo que batallar mucho en la marca.

G. Pezzella (7): Otra gran actuación del joven central, que agigantó su figura con el correr de los minutos. Esencial no sólo en la parte defensiva, sino también en el arco de enfrente, en especial en esa pelota que le bajó a Mora para el segundo gol. En el segundo tiempo fue una muralla.

R. Funes Mori (6): El gran central Millonario lo sufrió un poquito mas que otros. Siendo la tercera vez que jugaba contra Godoy Cruz en tan poco tiempo, era de esperar que en algún momento le encontraran la vuelta. Quedó mal parado en un par de ocasiones, que pudieron haber terminado en gol, pero aun así impuso su presencia en el quite y su estirpe en el pase, y redondeó un buen partido.

L. Vangioni (6): Iportante en los ataques del equipo. Por su costado vinieron la mayoría de los ataques de Godoy Cruz, que por suerte y por Barovero, no terminaron en gol. Tuvo en Ariel Rojas un aliado para jugar paredes que crearon peligro en la defensa rival. Dio una asistencia que pudo terminar en gol.

C. Sanchez (8): Muy importante en el ataque, el uruguayo tuvo un gran despliegue por su sector, creando situaciones para sus compañeros y para sí mismo. En velocidad resultó imparable y tampoco perdió precisión al usar esa velocidad. Trató con el disparo desde afuera, sin suerte.

M. Kranevitter (6): El volante tuvo una batalla despareja en el mediocampo, y no pudo asentarse en el partido. Tuvo que cortar más que jugar, y se extrañó la salida limpia desde atrás.

A. Rojas (7): Prolijo para asociarse con todo el mundo riverplatense. El volante fue importante para conectar el medio con el ataque, y también para ayudar un Kranevitter agobiado por el trabajo de Godoy Cruz. Se asoció muy bien con Vangioni, y algunas jugadas pudieron terminar en gol. Tuvo una que el defensor mendocino le sacó en la línea.

L. Pisculichi (7.5): Importantísimo en la distribución del balón y la pelota parada, estuvo muy activo en el ataque. Tuvo dos remates con destino de gol bien tapados por el arquero. Participó en ambos goles. Produjo dolores de cabeza en la defensa rival, que nunca supo controlar su buen juego.

T. Gutiérrez (6): Discreto partido del delantero, del que se espera más que lo de anoche. De cualquier manera produjo peligro, y fue parte del primer gol. Tuvo un par de remates que tiró desviado.

R. Mora (9): Tuvo un primer tiempo excepcional, donde definió dos como un típico delantero de área que es: sin dudar las mandó a guardar. También mientras estaba 0-0 tuvo una muy clara, luego de una jugada de Vangioni y Rojas, que remató desviado. Fue una constante preocupación para los defensores del Tomba.

Ingresaron:

L. Boyé (7): En los pocos minutos que tuvo el juvenil delantero creó un par de chances de gol y estuvo cerca de marcar. Entró con el partido dominado, algo que lo favoreció para desarrollar su juego.

T. Martinez (6): Si bien produjo peligro en el rival, a veces estuvo errático. Aportó su innata habilidad a un partido que River tenía controlado.

A. Solari (5): Estuvo muy poco tiempo en el campo de juego. No desentonó.

Marcelo Gallardo – DT: Este River no para de ganar. Ante un rival archi-conocido (la tercera vez que jugaban en el semestre), le volvió a ganar y otra vez de forma contundente. Es verdad que el «Tomba» tuvo sus opciones, pero River tuvo muchísimas más. Igual, es algo para corregir durante la semana. El DT eligió al equipo bien, el mismo que le viene dando rédito, e hizo los cambios bien también, ya que los juveniles entran en un ambiente que les facilita desarrollar sus grandes habilidades. Este equipo puede darnos muchas alegrías más.