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FOTO: Prensa River
FOTO: Prensa River

Carlos Sánchez volvió a ser determinante para la remontada de River ante Estudiantes. Sobre el final, vio injustamente la roja y se perderá la revancha en el Monumental.

Este River de primeros tiempos irregulares y complementos demoledores encontró hoy en Carlos Sánchez una figura excluyente. Por dinámica, por su ida y vuelta incansable, por la claridad para jugar con y sin la pelota. Porque, una vez más, fue el motor de River cuando más lo necesitó.

Si algo le faltaba para coronar otra gran actuación fue su papel determinante en los dos goles. En el primero, para lanzar un centro perfecto al corazón del área que Mora se encargó de transformarlo en cabezazo inatajable. En el segundo, la suerte jugó su carta y Schunke desvió contra su propio arco lo que era otro centro envenenado que arrimaba peligro.

Sin embargo, la noche no fue perfecta por culpa de Diego Abal. Cuando faltaban apenas cinco minutos para el final, el volante uruguayo cayó en el área, el árbitro interpretó que hubo simulación y le mostró la segunda amonestación. Una tarjeta injusta que lo privará del partido revancha en el Monumental.

Más allá de la roja, con actuaciones como la de esta noche copera en La Plata, el desembarco en la selección uruguaya es sólo cuestión de horas.