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El folclore del clásico se hizo presente en un gesto inmortal. El técnico de River se tapó la nariz cuando salía de la manga, emulando a don Ángel Labruna.

Los simpatizantes millonarios no pudieron estar presentes en la Bombonera. Sin embargo, el técnico de River sacó el hincha de adentro y le puso pimienta a un superclásico dominado por el silencio del público local.

Pasan los años, pasan los jugadores…el olor es el mismo. Así al menos lo transmitió Marcelo Gallardo cuando salió de la manga que comunica al vestuario visitante con el campo de juego de la Bombonera, con un gesto inmortal.

El DT millonario recordó a don Ángel Labruna y emuló uno de sus gestos característicos al ingresar al estadio del eterno rival: colocó sus dedos índice y pulgar sobre su nariz y se prendió a la chicana anti-bostera. ¡Para vos, Angelito!