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FOTO: Prensa River
FOTO: Prensa River

En el Monumental, River Plate derrotó a San Lorenzo por la mínima diferencia en el encuentro de ida por la Recopa Sudamericana. El único tanto del encuentro lo marcó Carlos Sánchez a 12 minutos del final. El «Ciclón» terminó con diez por la expulsión de Romagnoli.

Volvió River. El equipo de dientes apretados. De la presión alta. Del protagonismo que asfixia al rival. El que ataca, ataca y ataca. Y de tanto atacar, consigue lo que busca.

Es cierto. Hubo un equipo en el primer tiempo y otro en el segundo. El de los primeros 45 minutos, fue capaz de golear al conjunto de Bauza, que no pudo hacer pie en ningún momento. Avisó a los 11 del primer tiempo a través de dos cabezazos de Teo. El primero lo alcanzó a manotear Torrico. El segundo, estalló en el travesaño.

A partir de ahí, River fue un vendaval. Teo volvió a intentar de cabeza, pero «San Torrico», esta vez con los pies y con un poco de fortuna, logró salvar sobre la raya. Dos minutos después, Maidana anticipó de palomita luego de un corner ejecutado por Pisculichi y la base del palo dijo que no. La última del primer tiempo fue un remate de Rodrigo Mora que salió muy cerca del palo izquierdo del arquero del «Ciclón».

En el complemento, River fue otro equipo. Tuvo menos intensidad en la presión y menos finura en los últimos metros. San Lorenzo se animó un poco más y tuvo dos claras en los pies de Cauteruccio, pero Barovero estuvo rápido de piernas y tapó lo que no puedo hace días atrás en Mendoza.

Más allá de la falta de claridad, La Banda siguió yendo y buscando. Ya con «Pity» Martínez en cancha, tuvo un poco más de vértigo. Y en un ataque furioso, habilitó a Carlos Sánchez y el uruguayo no perdonó: venció la resistencia de Torrico y le devolvió una sonrisa al Monumental.

Sobre el final, Leandro Romagnoli le entró muy duro a Leonel Vangioni y vio la tarjeta roja. Sólo hubo tiempo para un pequeña trifulca y la bronca de los jugadores azulgranas. River, en cambio, se fue feliz. Aunque ganó por la mínima y la llave está abierta, en la semana más difícil del ciclo Gallardo recuperó su fútbol y su identidad. No es poca cosa.