En el debut del Torneo de Primera División 2015, River derrotó a Sarmiento de Junín 4 a 1 con goles de Sánchez, Cavenaghi y Teo. A pesar del recambio, el conjunto de Gallardo consiguió los primeros tres puntos desde su jerarquía individual y colectiva.
Tuvo un arranque dubitativo, impreciso, incómodo. Pero en cuanto se soltara, daba la sensación que River iba a explotar todas sus virtudes. Y así fue. Porque si bien Sarmiento de Junín empujó al millonario a jugar lejos de su arco y con pocos espacios, la categoría de ese «mix» que puso Gallardo se terminaría imponiendo por peso propio.
El ímpetu del conjunto local comenzó a desmoronarse a los 23 minutos de la primera etapa, en la segunda jugada clara que tuvo River. Gonzalo Martínez metió una pisada que hizo pasar de largo a toda la defensa del verde y habilitó a Sánchez, que estampó con su empeine derecho el primer tanto del encuentro.
Desde la calidad del «Pity», el buen pie de Sánchez y Rojas más las subidas de Vangioni, River se acomodó al partido y comenzó a jugar. El ex-Huracán pudo marcar su tanto a los 43 minutos, pero Rigamonti contuvo en dos tiempos. Un minuto después, el «10» metió un centro preciso a la cabeza de Fernando Cavenaghi, quien apenas tuvo que desviar su trayectoria para enviarla al fondo de la red. El millonario, sin pasar por encima a su rival, era más desde el concepto y la calidad de sus intérpretes.
Sin embargo, en la segunda etapa el equipo de Junín salió con otra actitud. Con más gente en ataque y el talento del juvenil Nicolás Sánchez, sembró la duda. Sobre todo cuando a los 12 minutos Héctor Cuevas definió ante la salida de Barovero y puso a Sarmiento a tiro del empate.
Lejos de desesperarse, los dirigidos por Marcelo Gallardo tomaron la pelota y no la soltaron más. Desde la tenencia, la paciencia y la búsqueda de espacios con la pelota al ras del piso, La Banda encontró la diferencia en el último cuarto del partido en los pies de Teófilo Gutiérrez, primero aprovechando un rebote del arquero local y luego con una definición precisa, tras la habilitación de Rodrigo Mora.
River fue más por el peso de su historia, de sus individualidades y un rendimiento colectivo que dijo presente cuando el equipo de Gallardo más lo necesito.
