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cesped monumental
FOTO: Alejandra Colmenares II La Máquina

Tal como anticipó el ingeniero agrónomo que lo sigue de cerca, el campo de juego lució «feo» y mostró imperfecciones en las áreas y la mitad de la cancha, donde River falló bastante. Sin embargo, para los protagonistas, el mal estado del terreno no fue una excusa. 

Mucho se habló en las horas previas sobre el campo de juego del Monumental. Un tema de preocupación no sólo para el cuerpo técnico y los jugadores, sino también para los dirigentes, que lamentaron no poder presentar un campo de juego acorde a la historia de River.

Más allá de las zonas «quemadas», donde el césped lucía otro color por la cobertura que se colocó en el recital de Romeo Santos, las dos áreas y la mitad de la cancha no sólo tenían desniveles, sino que además lucían «peladas». Una imagen extraña para un campo de juego que suele estar impecable.

El encuentro con Tigres murió en empate y el mal estado del terreno podía servir como un atenuante. Sin embargo, los mismos protagonistas del encuentro prefirieron poner el foco en otros aspectos. «El campo de juego no nos jugó una mala pasada. Siempre tratamos de jugar», indicó Carlos Sánchez en zona mixta luego del partido. Mientras tanto, en otro sector del Monumental, Marcelo Gallardo señaló en conferencia de prensa que «el campo de juego estaba mal, pero para los dos equipos». Sin excusas ni lamentos.