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River vs Unión

Por Pablo Labanca

He quedado sorprendido el día de hoy, tanto para bien como para mal. Para bien por el nivel mostrado en la primera mitad, con un equipo alternativo que había puesto Gallardo que, a priori, no me gustaba. principalmente por el doble cinco jugando de local, porque Driussi era una incógnita por ese sector, porque por el sector derecho con el tándem Solari-Mayada podíamos tener llegada, pero la íbamos a pasar mal ya que ninguno tiene marca y la dupla Simeone-Cavenaghi no me convencía porque jugando los dos juntos pierden potencial ambos.

En ese primer tiempo, me llevé una grata sorpresa, porque ese doble cinco no era tan así ya que Ponzio se transformó en el eje del equipo, en un falso enganche pero que a su vez colaboraba en la recuperación; Guido Rodriguez no quedaba tan expuesto en la marca que es su punto más débil, el tándem Solari-Mayada generaba bastante por el sector derecho; Driussi estuvo intratable por el sector izquierdo llegando siempre con peligro y Cavenaghi hizo un primer tiempo perfecto, quizá el mejor desde su vuelta a River. El 2 a 0 quedaba corto. River mereció más.

Me sorprendí para mal en el segundo tiempo, por la dejadez de algunos jugadores, por la excesiva confianza, por «sobrar» el partido y por la falta de compromiso. Por la pésima lectura de Gallardo del juego, dejando como único 5 a Rodríguez, donde el medio campo de River no tenía quite ni presión; porque Cavenaghi sólo puede jugar 45 minutos debido a su estado físico, en el segundo tiempo ya era un jugador menos; porque Solari era una invitación a que nos ataquen y nos hagan un desastre por su sector; porque Mayada corría sin ton ni son; porque Tomas Martínez demuestra una apatía llamativa cada vez que le toca entrar y porque Chiarini -que no es mal arquero- no aprovechó la oportunidad de reemplazar a Barovero.

River está mal. Los logros obtenidos el año pasado fueron muy lindos pero no se puede vivir permanentemente del recuerdo. Estamos regalando puntos en forma indiscriminada tanto en la Copa como en el campeonato. Gallardo deberá tomar decisiones fuertes para enderezar el barco. De lo contrario, se hundirá antes de tiempo.