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IMAGEN: Ubaldo Kunz II La Máquina
IMAGEN: Ubaldo Kunz II La Máquina

En el Viaducto, River la pasaba mal y se fue al descanso 1-3 abajo. En el segundo tiempo reaccionó y rescató un empate gracias a un doblete de Rodrigo Mora.

Este River versión 2015 padece los partidos. Aún cuando parece que domina, que tiene la pelota y el control del encuentro, cada error que comete termina buscando la pelota en el fondo del arco propio. Y así, todo se hace cuesta arriba.

Este noche, un equipo que apenas había convertido un gol en cuatro fechas, anotó tres en sólo 45 minutos. ¿Cómo explicarlo? Además de la eficacia de Ramiro Carrera y el certero zurdazo de Damián Pérez, el equipo de Gallardo volvió a dejar espacios siderales a las espaldas de sus marcadores de punta. Hectáreas que supo aprovechar el conjunto local y causar daño a una desdibujada defensa millonaria.

River, en cambio, sólo aproximó algo de peligro a partir de algunos arrestos individuales. Mientras Sánchez se perdía en la maraña de piernas que había en el centro del campo enemigo, Mayada chocaba una y otra vez contra Damián Pérez, de gran tarea en el local. Sólo el «Pity» Martínez, recostado sobre el sector izquierdo, pudo desequilibrar en el mano a mano. Desde ahí llegó el empate transitorio. Pero duró muy poco. Y fue muy poco, también, para un equipo que en los papeles prometía una versión más audaz.

En el complemento, la historia comenzó a cambiar a partir de ciertos guineos que le dio el partido al millonario. Luego de un error inexplicable -y poco frecuente- en Pezzella, Carrera definió ante la salida de Chiarini, pero el palo derecho le negó el triplete. De esa misma jugada, y tras un pelotazo a dividir del «1» de River, llegó el descuento de Rodrigo Mora, con una gran vaselina sobre la humanidad de Andrada.

A partir de ahí, se armó otro partido. El local sintió el impacto, retrocedió y le cedió toda la iniciativa al equipo de Gallardo, que con los ingresos de Driussi, Simeone y Rojas cambió de aire y ganó en movilidad. Sin embargo, hubo que esperar hasta el final. A los 42 minutos, luego de una ejecución brillante de Mora de tiro libro, La Banda conquistó a la tan ansiada igualdad.

La reacción llegó demasiado tarde y sólo alcanzó para rescatar un empate en Sarandí que, nuevamente, sabe a muy poco.