En el Monumental, River y Juan Aurich repitieron el mismo resultado de Perú. El millonario generó una gran cantidad de situaciones, pero sólo anotó a través de Mercado. Terminó pagando la falta de eficacia con la igualdad de Delgado a dos minutos del final.
¿Cómo explicar lo sucedido esta noche en el Monumental? ¿Como argumentar el resultado final desde la lógica del juego? La supremacía de River fue total y absoluta. 27 disparos al arco en 90 minutos. 19 situaciones claras de gol. 3 remates en los palos. Un desarrollo favorable, al menos hasta el minuto 89. Increíble.
Lo cierto es que River apenas envió al fondo de la red sólo una de las innumerables ocasiones de gol, imposibles de resumir en un compacto televisivo. Sobre todo en el segundo tiempo, cuando el equipo dirigido esta noche por Matías Biscay fue en busca de la diferencia y convirtió a Pedro Gallese -y los postes- en figuras excluyentes.
La primera clara de Juan Aurich fue a los 44 minutos del segundo tiempo. Una distracción en una pelota parada, que sobró a Camilo Mayada y le permitió a Marcos Delgado colocar el balón en el único lugar donde podía ingresar. Un minuto después, el arquero de River tapó un mano a mano heroico, que podía haber terminado el encuentro en el colmo del infortunio.
River no ligó, pero hizo lo necesario para darle vida a un rival que se asumió inferior desde el vestuario. Con noches así, tan inexplicables como inverosímiles, la continuidad en la Copa Libertadores es nada más que una quimera.
