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IMAGEN: Prensa River
IMAGEN: Prensa River

En el Monumental, River derrotó por la mínima diferencia a Godoy Cruz y le puso fin a la mufa. El único gol del partido lo marcó Teo Gutiérrez, tres minutos después de fallar un penal.

Había que ahuyentar espíritus malignos y volver a creer. Por eso, la victoria ante Godoy Cruz tiene un valor emocional que supera los tres puntos y la estadística pura. Porque en los 90 minutos, una vez más, pasaron un montón de cosas.

El equipo de Gallardo entró más enchufado en la cancha y se notó en los primeros minutos. En sólo dos minutos, Moyano ya se había revolcado en dos oportunidades por intentos de media distancia de Ponzio y Mora. La primera emoción de la tarde llegó a los 16 minutos de juego, cuando Galeano bajó a Teo en el área y le dio la chance de cortar la sequía. Sin embargo, los demonios se antepusieron otra vez en el camino del 19 y Moyano profundizó la malaria.

El Monumental habló y fue un solo grito: respaldo y aliento unánime para Teo. Tres minutos después, el colombiano aprovechó otro rebote del arquero tombino y esta vez sí, gritó su gol. Con alma y vida. Desahogo y vuelta de página.

Desde ahí, River pasó a controlar el partido con más tranquilidad. Tuvo más la pelota, la hizo correr de un lado al otro, pero sin demasiada profundidad. La más clara la tuvo Teo, una vez más, definiendo con el arco libre y por encima del travesaño. Para fortuna del delantero millonario, el línea cobró off-side.

En el complemento, Godoy Cruz adelantó sus líneas y salió con más determinación, pero el ímpetu mendocino duró apenas 7 minutos, cuando Leandro Fernández vio la segunda amonestación por una dura falta contra Ramiro Funes Mori. De ahí en adelante, el conjunto millonario tomó nota de lo que pasó el último jueves por la Copa y fue más austero de lo habitual.

Aunque los fantasmas volvieron a decir presente con las salidas de Pity Martínez y Solari, ambos por lesión, y alguna que otra pelota parada que arrimó algo de peligro contra el arco de Chiarini, River se aferró al triunfo por una diferencia tan mínima como su juego. Pero ganó, sumó y volvió a creer que puede.