Juan Cruz Kaprof ingresó en el segundo tiempo para ser volante por la derecha y le cambió la cara a River. Aportó dinámica, habilidad y el gol que sentenció la historia del encuentro.
La molestia de Gabriel Mercado al finalizar el primer tiempo cambió el devenir del partido y, muy posiblemente, el futuro de Juan Cruz Kaprof, uno de los juveniles que venía relegado por la superpoblación de futbolistas en el sector derecho del mediocampo, donde le gusta ponerlo a Gallardo.
En apenas 45 minutos, el pibe de la Categoría ’95 nutrió al conjunto millonario de dinámica, intensidad y verticalidad. Y fue protagonista, sobre todo, de los ataques más profundos de La Banda. A los 7 minutos estrelló un tiro en el poste izquierdo de Mariano Barbosa. Fue apenas un aviso de lo que vendría, porque a 8 minutos del final metió un tacazo a un centro pasado de Mora que terminó definiendo el cotejo en favor del local.
Más allá de su destacada labor individual, entabló sociedades más que fructíferas con Augusto Solari, más retrasado en la segunda etapa, y con Rodrigo Mora, que se movió por todo el frente de ataque y desarticuló la defensa española. Una aparición que genera renovadas esperanzas.
