Un día como hoy, pero 32 años atrás, debutaba con el manto sagrado quien terminaría convirtiéndose en uno de los máximos ídolos de River Plate.
Eran tiempos en donde migraban grandes figuras de nuestro club, y se necesitaba una incorporación de jerarquía. El apuntado: un uruguayo que brillaba en Wanderers. La transferencia se firmó el 21 de abril de ese año (1983), luego de la insistencia tanto del jugador como de la institución millonaria, ya que River no se encontraba en su mejor situación económica, y el club uruguayo escuchaba otras ofertas.
Solo tres días después, y con la 10 en la espalda, Enzo debutaba en un Monumental repleto y con expectativa. Fue victoria por la mínima ante Huracán, con una estupenda actuación de Francescoli, que comenzaba a enamorar al público. Gambeta, presición, y hasta un gol mal anulado se amoldaron a la gran actuación del equipo, y al fervor de la gente.
Tres días después, el uruguayo convertiría el primero de sus 137 goles en La Banda. Fue victoria por 1 a 0 al Ferro de Griguol, y el tanto fue convertido desde los doce pasos, por un jugador que, comenzaba un intenso romance con el gol y su gente. Paralelamente, Enzo se consagraba campeón de la Copa América con los charrúas.
Pudo irse y no lo hizo. Y comenzó a catapultarse hacia la idolatría, cuando en 1985 comenzaron los años dorados que hoy en día perduran en nuestra retina, en conjunto con ese grito interminable de: «Uruguayo, uruguayo!». Sin duda. uno de nuestros máximos ídolos.
Los inmejorables números del ídolo en River (Máximo goleador extranjero del club, y séptimo máximo goleador histórico):
Partidos jugados: 237 (G 137, E 73, P 47. Efectividad: 64,76%)
Goles: 137
Títulos Nacionales: Campeonato 85/86, Apertura 1994, Apertura 1996, Clausura 1997, Apertura 1997
Títulos Internacionales: Copa Libertadores de América 1996, Supercopa Sudamericana 1997
