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IMAGEN: Ubaldo Kunz I La Máquina
IMAGEN: Ubaldo Kunz I La Máquina

(INCLUYE VIDEO) Luego del regreso soñado y el triunfo en el Monumental, Pablo Aimar agradeció a los hinchas por el cariño que le brindaron y se mostró feliz porque sus hijos pudieron presenciar un espectáculo distinto. Además, reconoció: «Es imposible no ilusionarse con estar en las semifinales de la Copa».

River terminó su semana más feliz con la sonrisa de un «Payaso». Pablo César Aimar, hijo pródigo de la casa, volvió a vestir la camiseta del Más Grande y a pisar el Monumental, que lo recibió con una ovación inolvidable: «Estoy contento de volverme a poner la camiseta de River que era lo que quería hacer, lo que quería cumplir, jugar un ratito más», afirmó el zurdo, quien además respondió por el afecto recibido: «El cariño que me han brindado y la forma que me han tratado, no me va a alcanzar la vida para agradecer».

Uno de los sueños a cumplir era que sus hijos lo vieran jugar en el fútbol argentino, y que vivieran de cerca toda la pasión que lo rodea. Al respecto, indicó: «Yo quería que vieran cómo se vive el fútbol. Ellos han vistos en otros lugares gente sentada y callada viendo un partido de fútbol, con algunos momentos de euforia. Me imagino que hoy han vivido un momento que les va a costar olvidarse, más allá que haya jugado o no su papá. Como se vive el fútbol acá es muy especial», afirmó.

El equipo de Gallardo tendrá un descanso y luego volverá al ruedo, pensando en la definición copera ante Guaraní. Para el Payasito, «es difícil no ilusionarse, pero hay que estar a la altura. Es un equipo que ha ganado competiciones internacionales, y estar a la altura de ese equipo no es fácil. La ilusión está, la tenemos los treinta que entrenamos», reconoció.

Finalmente, el zurdo que vistió el #35 en su regreso envió un mensaje a todos los hinchas de La Banda: «Quiero agradecerles el cariño. Lo que me llevo de este día, de este tiempo y de la etapa anterior en River, ha sido literalmente mi casa, yo viví acá adentro. Me llevo eso, cómo me han tratado a los 15 años y hoy que tengo 35. Lo que tengo para decirles es muchísimas gracias», concluyó.