Las pericias determinaron que el gas pimienta utilizado en la Bombobera para suspender el superclásico de octavos de final de Copa Libertadores fue fabricado de manera casera. Además, diversas escuchas telefónicas comprobaron que hubo premeditación en el ataque.
Que fue la policía. Que se trató de una actuación. Que fue una maniobra política para desestabilizar a Angelici. Todas las teorías conspiratorias que sostuvieron desde la dirigencia xeneize (y los alcahuetes periodísticos de turno) se desmoronaron como un castillo de naipes. Es que las cámaras televisivas descubrieron a los autores materiales del ataque cobarde a los jugadores de River, pero faltaba determinar qué era lo que había arrojado para provocar la suspensión del encuentro.
Nuevas pericias policiales determinaron que lo que el «Panadero» Napolitano y sus secuaces tiraron dentro de la manga era un preparado casero, conocido como «mostacero» y que produce efectos similares al gas pimienta. Además, algunas escuchas telefónicas involucrarían a integrantes de la barrabrava de Boca y empleados del club, cómplices del «operativo entretiempo», que incluyó además del gas pimienta, el ingreso de un drone y pirotecnia. Todos elementos prohibidos por los organismos de seguridad en materia de espectáculos deportivos.
Más allá que la causa fue caratulada como «lesiones leves», se abrieron nuevos interrogantes. Además del «Panadero», la justicia citó a declarar a Marcos Elías Baydovn, Carlos Javier Martínez, Diego Hernán Grassi, Diego Alberto Camus, Gustavo Norberto Florentín, Diego Blas Biglia y Federico Blanco, supuestos involucrados en un papelón histórico que quedó comprobado: el abandono fue premeditado.
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