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Rompecabezas

En vísperas de uno de los encuentros más importantes del año para la institución millonaria, Marcelo Gallardo está nuevamente frente a un gran desafío: armar este nuevo River, como un rompecabezas. Es cierto, hay una base de futbolistas que se mantuvo y viene jugando hace varios años casi de memoria, sobre todo de mitad de campo hacia atrás. Pero las partidas de Teo Gutiérrez y Ariel Rojas, más el flojo nivel de Pisculichi y los problemas de adaptación de «Pity» Martínez y Mayada obligan a considerar y replantear algunas cuestiones.

«Nosotros estamos en una búsqueda permanente», reconoció con total sinceridad y naturalidad el entrenador de La Banda cuando fue consultado el último sábado por la necesidad de un cambio de estilo, post igualdad ante Temperley. Lo cierto que es que «Lucho» González y Bertolo tienen otras características al «Chino» Rojas. Lo propio sucede con los casos de Saviola, Alario y Viudez. Los tres tienen poco y nada en común con la forma de jugar del colombiano.

Asistimos, entonces, a un momento de refundación futbolística. ¿Qué pierde River con las salidas de Teo y Rojas? Probablemente un poco de pausa, tenencia y elaboración de juego. ¿Qué gana River con las llegadas de Bertolo, González, Viudez, Saviola y Arario? Posiblemente algo más de vértigo, aceleración, velocidad y verticalidad por las bandas. El técnico millonario quiere que sus delanteros ahoguen la salida de la defensa rival. Con estos nombres, la fisonomía del nuevo River apuntará seguramente a esa presión alta, que supo mostrar en la primera mitad del torneo local en el 2014 y luego mutó en el equipo aguerrido que eliminó a Boca y conquistó la Copa Sudamericana.

Los tropiezos ante Rosario Central, Tigre y Temperley encendieron una pequeña luz de alerta.  El problema mayor es que se viene Guaraní y todo lo que significa jugar una semifinal de Copa Libertadores. En el medio, una pretemporada corta, un calendario apretado y la necesidad de utilizar estos encuentros oficiales como partidos de preparación. Más allá de las incertidumbres, hay una cuestión insoslayable: los antecedentes del ciclo Gallardo invitan a la ilusión, a creer que el equipo que busca el «Muñeco» va a terminar apareciendo. A este River nunca hay que darlo por muerto, afirma un reiterado latiguillo al que nos acostumbró sanamente este plantel. Tenemos la convicción que este martes así será.