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Ponzio Vangioni vs TIgres

En Monterrey, Tigres y River no se sacaron ventajas ni en el juego ni en el tanteador. El equipo de Gallardo se trajo un punto de México y definirá la serie en casa.

En el Estadio Universitaro, Tigres y River no se sacaron ventajas en la primera final y regalaron una igualdad que le sienta mejor al millonario. Es que el conjunto de Marelo Gallardo dejó una mejor imagen que el equipo local, reducido a su mínima expresión por el planteo del «Muñeco» y la entrega de sus dirigidos.

Las situaciones más claras del cuadro mexicano llegaron en el primer tiempo a partir de dos desbordes por la banda derecha, donde Vangioni jugó condicionado por la amonestación recibida a los dos minutos de juego. Primero, Arévalo Ríos metió un centro que se desvió en el «Piri» y besó el travesaño. Dos minutos después, el alemán Jurgën Damm le sirvió en la cabeza a Rafael Sóbis la posibilidad de abrir el marcador, pero el delantero encontró bien parado a Barovero.

Más allá de algunas desantenciones, River hizo bien su papel. Mientras pudo, sostuvo la presión alta, jugó lejos de su arco y estuvo cerca del gol en alguna jugada parada y una gambeta corta de Lucas Alario que Nahuel Guzmán adivinó con mucha intuición.

En el complemento, el equipo del «Muñeco» perdió dos valuartes de mitad de campo hacia adelante: Tabaré Viudez y Rodrigo Mora. Pero además, sintió el desgaste por el trabajo realizado en la primera etapa y varios jugadores terminaron al límite de la lesión, como Leonardo Ponzio y Carlos Sánchez. El millonario se quedó sin piernas y Tigres asumió el protagonismo. La situación más clara la tuvo Damm cuando eludió a Barovero, pero se tomó un segundo de más y se quedó sin ángulo para definir.

De esta manera, más allá de las bajas y las dificultades que tuvo desde lo físico, el Más Grande consiguió un resultado positivo para definir la serie en casa y escribir otra página gloriosa en la historia de la Copa Libertadores. Para River, fue más un «puntito lindo».