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IMAGEN: Photogamma.
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En River reina la bronca por la sanción a Marcelo Gallardo, que no podrá ingresar al campo de juego ni dar indicaciones en el vestuario. Biscay y Buján se pondrán el traje del «Muñeco».

Más allá de la tranquilidad por el resultado conseguido en Monterrey, en River están con mucha bronca por el arbitraje de Antonio Arias y sus colaboradores. En realidad, más que la decisión de expulsar a Marcelo Gallardo, molestó el informe y la decisión final de la Conmebol, que le impedirá al «Muñeco» estar en el banco de suplentes y no podrá, tampoco, ingresar al vestuario en el partido de vuelta ante Tigres.

En Núñez no sólo consideran que fue exagerada la sanción al entrenador, sino que además hubo cierta animosidad. Es que el juez paraguayo tomó su decisión a instancias del cuarto árbitro, Julio Quintana, el mismo que ya había expulsado al DT millonario en el encuentro que River visitó a Juan Aurich en Chiclayo por decirle «sinvergüenza». «Lo de Arias fue premeditado”, dijo Enzo Francescoli sin pelos en la lengua.

Aquella «incorrección» le costó al «Muñeco» tres partidos de suspensión y una multa posterior por utilizar un handy para comunicarse con el cuerpo técnico desde uno de los palcos del Estadio Universitario de Nuevo León. River apelará la decisión, pero no son optimistas. En la final, Gallardo no podrá dar la charla técnica antes del encuentro ni ingresar al vestuario Ángel Labruna en el entretiempo. Las decisiones ridículas no tienen límites en la Conmebol.