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Costa Rica libertadores

Desde temprano la filial de Costa Rica se empezó a preparar para lo que era el partido más importante desde que se fundó la filial en el 2009. Tres horas antes del encuentro, se reunieron en el ya mítico Tierra U para inflar los globos, unos 350 más o menos, mientras otros colgaban los distintos trapos, que como sucede en las canchas, cada uno tiene su lugar fijo en el bar.

Faltando 25 minutos los muchachos de la filial empezaron la previa: unas 30 personas en el segundo piso empezaron cantando el «Ahí viene la hinchada, que loca que está» y luego bajaron al primer piso con unas banderas de palo, 10 banderas de Japón y paraguas. La previa fue todo un éxito, el resto de la gente se prendió, y con la pieza nueva («La Copa Libertadores es mi Obsesión») terminaron de desatar toda la fiesta. Luego, la filial recibió al equipo con pirotecnia, una lluvia de globos desde el segundo piso y todo el bar lleno alentando. Unas 300 personas se acercaron para ver a River campeón de la Libertadores, gente de todas partes del país, y hasta de Bélgica y Chile.

El partido se vivió con mucho nerviosismo, con la gente siempre alentando. Los goles fueron una locura total, con lluvia de cerveza, abrazos, lágrimas y fiesta. El final se vivió a puro grito de «Dale Campeón» en las calles, celebrando, cantando, y gritando con todo el resto de pirotecnia, banderas, paraguas, bombos, y redoblantes. Tal es así que la banda cortó por más de una hora la calle principal que lleva hacia la Universidad de Costa Rica, que vivió una fiesta única como sólo River sabe hacer.