En lo que va del torneo, Marcelo Gallardo no pudo repetir la misma alineación titular en 21 fechas. Rotación, lesiones, transferencias, convocatorias a selecciones y bajos rendimientos, factores determinantes en la irregularidad del Más Grande en el ámbito local.
Pasaron 201 días desde el debut de River en Junín, por la primera fecha del torneo local. Desde aquél 15 de febrero hasta la fecha, Marcelo Gallardo no pudo repetir la misma alineación titular. No sólo de un partido a otro, sino que a lo largo de todo el certamen jamás pudo utilizar los mismos once en más de un partido. En 21 fechas (el millonario adeuda el encuentro ante Defensa y Justicia), el Muñeco usó 33 apellidos y realizó 21 combinaciones diferentes a la hora de armar sus equipos.
A la hora de desglosar los motivos, el primer gran escollo que tuvo el conjunto millonario fueron los viajes. De arranque, el Más Grande tuvo que enfrentar a San José en Bolivia. Semanas más tardes, partió hacia Chiclayo y luego a Monterrey. En menos de un mes, River recorrió cerca de 14 mil kilómetros y tuvo que afrontar otras adversidades, como la altura de Oruro, una superficie atípica en Perú y una travesía siempre incómoda para llegar al norte mexicano, que recibió al equipo de Gallardo con un calor sofocante .
Más allá de las distancias, el DT de La Banda tuvo que apelar a la rotación obligada por las lesiones de varios soldados. En los primeros meses del calendario perdió a Germán Pezzella, Gonzalo Martínez, Marcelo Barovero, Leonel Vangioni, Matías Kranevitter, Eder Álvarez Balanta, Leonardo Ponzio y Gabriel Mercado, todos por distintos inconvenientes musculares y óseos. Para colmo, sufrió las bajas de algunos futbolistas que comenzaron a ser citados por las distintas selecciones, como es el caso de Carlos Sánchez y Camilo Mayada en Uruguay, Teo en Colombia y Funes Mori en Argentina. De hecho, en el encuentro por la Supercopa Euroamericana ante el Sevilla River padeció doce bajas entre lastimados y convocados por fecha FIFA.
La mini-pretemporada en Cardales tampoco fue normal. Con la obligación de afrontar compromisos atrasados en Copa Argentina, torneo local y las instancias finales de la Copa Libertadores, el Muñeco quemó varias naves y la exigencia se notó. En menos de un mes perdió por lesiones musculares a Nicolás Bertolo, Tabaré Viudez, Rodrigo Mora y Emanuel Mammana. Los golpes también dejaron afuera a Leonardo Pisculichi y Lucas Alario. Los últimos en sufrir los efectos de tanto trajín fueron Javier Saviola, Guido Rodríguez y Sebastián Driussi. No por nada, el técnico millonario programó algunas licencias para los futbolistas que acumulan más presencias a lo largo del año.
Con la partida de Ariel Rojas, Bruno Urribarri, Teófilo Gutiérrez, Germán Pezzella, Fernando Cavenaghi, Ramiro Funes Mori, Giovanni Simeone, Tomás Martínez y Juan Kaprof, más el andar irregular de los futbolistas que recién llegaron en el último mercado de pases, Marcelo Gallardo tiene el enorme desafío de encabezar una renovación necesaria y darle una nueva fisonomía a un equipo que, hasta aquí, nunca pudo salir de memoria, al menos en el torneo local.
