Leo Ponzio vio una injusta amarilla, se salvó minutos después de la roja y se fue rápidamente al vestuario para evitar la expulsión. En 35 minutos rendondeó uno de sus superclásicos más flojos. ¿Tirón de orejas de parte del Muñeco?
Ni en la peor de sus pesadillas imaginó un partido así. Es que a diferencia de las últimas presentaciones por Copa Sudamericana y Libertadores, Leonardo Ponzio tuvo un flojo partido, como todo River, pero además se tuvo que sentar prematuramente en el banco de suplentes y sufrió gran parte del clásico desde afuera.
A los 25 minutos, Darío Herrera amonestó al volante santafesino por un forcejeo con Marcelo Meli. El mediocampista millonario no hizo méritos para ganar la amarilla, pero quedó condicionado y al filo de la expulsión. Pocos minutos después bajó a Cristian Erbes desde atrás, pero el juez le perdonó la vida.
El que no perdonó fue Marcelo Gallardo. Como sucedió en Mataderos hace siete días atrás, el Muñeco decidió sacarlo (¿Tirón de orejas?). Esta vez no fue en el entretiempo, sino a los 35 minutos, cuando mandó al campo de juego a Luis González. Al límite de la roja, aportó poco y rendondeó uno de sus superclásicos más flojos.
