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IMAGEN: Víctor Carreira II TELAM
IMAGEN: Víctor Carreira II TELAM

River derrotó a Vélez en Liniers en su última presentación como visitante en el torneo local. Lucas Alario volvió después de su lesión y marcó el único tanto del partido.

La cabeza está las semifinales de la Copa. Por eso, Marcelo Gallardo dispuso de ocho cambios para visitar a Vélez. Un nuevo examen para futbolistas que hoy son recambio, y en la tarde de Liniers demostraron por qué.

Es que Vélez y River ofrecieron un partido muy chato. Sin emociones, sin demasiadas luces, hasta sin intensidad por momentos. Por momentos, pareció un entrenamiento. Comenzó mejor el local con la pelota y dispuso de algunas aproximaciones, pero promediando el primer tiempo La Banda emparejó el trámite. De todas formas, los arqueros trabajaron muy poco. Sólo una aproximación de Yamil Asad por el lado del Fortín y un mano a mano de Saviola que dio en el cuerpo de Aguerre.

En el complemento, River creció desde la tenencia y arrimó algo más de peligro. A las 8 minutos, Gonzalo Martínez llegó hasta el fondo, lanzó un centro pasado y Milton Casco estrelló el balón en palo. A los 24, Saviola comandó un contragolpe casi perfecto, abrió para el Pity, el 10 devolvió gentilezas y el Conejo, con el arco vacío, definió al poste. Increíble.

Cuando el partido inexorablemente se dirigía al cero a cero, apareció la carta del gol. El Pity desbordó y buscó el corazón del área, el arquero velezano dio rebote hacia el medio y Lucas Alario empujó al fondo de la red. Pocos minutos después, tuvo otra chace idéntica ingresando por el centro y remató desviado. Hubiese sido demasiada diferencia para un equipo que ofreció muy poco. Pero cuando River tiene al Pipa, el final del cuento es siempre el mismo.