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Caravana

La delegación del Más Grande se despidió de sus hinchas con una caravana histórica y multitudinaria, que acompañó al plantel hasta el Aeropuerto de Ezeiza puro bombo, bandera y un sólo grito: «Ahora el Mundial de Clubes es mi obsesión».

La cuenta regresiva llegó a cero. Ya no falta nada. Sólo segundos para que los aviones que trasladarán al plantel del último campeón de América, despeguen junto a las ilusiones de millones. Por eso, este domingo 6 de diciembre de 2015 no fue ni será un día más.

Es que la Subcomisión del Hincha de River volvió a demostrar el poder de convocatoria que tiene y reunió más de 15 mil almas en el cruce de la Autopista Ricchieri y General Paz, donde una multitud de simpatizantes del Más Grande aguardaron la llegada del micro millonario para acompañarlo hasta el aeropuerto de Ezeiza.

Cerca de las 14.45, el bus de la empresa Andesmar partió desde el playón del Monumental con sentido a la Avenida Lugones. Allí aparecieron las primeras demostraciones de aguante, con un banderazo autoconvocado en la puerta del club para despedir al plantel a puro color.

A lo largo del recorrido, los futbolistas y cuerpo técnico encontraron más aliento y apoyo, como sucedió en algunos cruces de la Avenida General Paz con puentes y avenidas tradicionales. Pero lo mejor llegó a pocos kilómetros de la Ricchieri, cuando el micro tuvo que bajar la marcha y avanzó a la par de los hinchas que se acercaron para brindar una cálida despedida.

«Y dale alegría, alegría a mi corazón, ahora el Mundial de Clubes es mi obsesión / Ganarle al Barcelona allá en Japón, bostero vos lo mirás por televisión», fue uno de los hits tribuneros, con alguna modificación discursiva adaptada a los nuevos desafíos. No fue un adiós. Apenas un «¡hasta luego, campeón!».