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IMAGEN: Nicolás Aboaf II Pasión Monumental
IMAGEN: Nicolás Aboaf II Pasión Monumental

Local en todas partes. La gente de River tiñó de rojo y blanco las tribunas del Estadio Nagai de Osaka y fue clave para el triunfo del conjunto millonario. Miles que sueñan despiertos.

La geografía, entendida como la ciencia que estudia la superficie física y natural de la tierra, no puede dar explicaciones. Como por arte magia, la esquina que une a las Avenidas Udaondo y Figueroa Alcorta apareció a 18 000 km de la Ciudad de Buenos Aires, más precisamente en la ciudad de Osaka, en Japón. O, al menos, eso parecía cuando hoy River salió a la cancha y las banderas y los cánticos parecían mover hasta tierras niponas el estadio más lindo del mundo.

De aproximadamente 20 000 personas que estuvieron presentes en el encuentro de hoy entre el conjunto millonario y el Sanfrecce Hiroshima, alrededor de 15 000 eran hinchas de River. Trapos, gorros, banderas. No importaba jugar en las tierras del rival, cuyo estadio estaba solamente a 300 kilómetros de Osaka, porque “donde juegues vas a ser local”. Un conocido matutino español relata que el Estadio Nagai de Osaka «se asemejaba al Monumental de Buenos Aires, ya que predominaban los colores blanco y rojo y los cánticos de la hinchada ‘millonaria'».

“Esta es tu hinchada, la que está en las buenas y en las malas”, arengaba la gente, que, como tantos millones por todo el mundo, alentó, sufrió, gritó. Su rol fue decisivo, tanto que Hajime Moriyasu, director técnico del Sanfrecce Hiroshima, pidió que el fútbol japonés “aprenda de esos hinchas”.

Los fanáticos venían de protagonizar el día anterior un banderazo histórico en el centro de Osaka, con 6 mil personas apoyando al equipo del Marcelo Gallardo. Esa que Fernando Cavenaghi califica como “sin dudas, la mejor hinchada”, está superando un récord histórico de concurrencia a Japón, con 15 mil personas que superan las 10 mil viajaron para ver al Boca de Bianchi en el año 2000.

Los mismos que alguna vez llegaron a llenar una montaña para ver al club más grande de la Argentina, hoy inundan Japón en busca de un sueño, que piden al grito de “el domingo tenemos que ganar”. Claro, con semejante hinchada se le animan a cualquiera, aunque se llame Iniesta, Messi o Neymar.