El conjunto millonario no la pasó bien ante el Sanfrecce Hiroshima, pero encontró el gol en la cabeza de Lucas Alario y consiguió un triunfo muy valioso, que lo metió en la final del Mundial de Clubes.
En el estadio Nagai y ante 20 mil hinchas de River, el conjunto de Marcelo Gallardo consiguió lo que fue a buscar en Osaka: el triunfo que lo metió de lleno en la final del Mundial de Clubes.
En los 90′, el conjunto millonario no la pasó nada bien ante el Sanfrecce Hiroshima. Sobre todo en la primera etapa, cuando el equipo local, a pesar de no tener el control de la pelota, tuvo las mejores chances.
A los 25′, luego de un pelotazo largo que sobró a Eder Álvarez Balanta, Minagawa quedó mano a mano con Marcelo Barovero, que resolvió de manera brillante y evitó la caída de su arco. Pocos minutos después, Chajima apareció en soledad por la izquierda, enganchó hacia el medio y exigió la volada salvadora de Trapito. A los 39′, otra vez Minagawa tuvo una chance muy clara, pero el #1 de River apareció en toda su plenitud.
En el complemento, el técnico de La Banda acomodó algunas piezas y consiguió un poco más de profundidad en los últimos metros. Sobre todo a partir del ingreso de Luis González por Leo Ponzio. River creció de la mano de Lucho y generó las primeras situaciones a través de las subidas de Gabriel Mercado y Carlos Sánchez por la franja derecha.
Sin embargo, el partido recién se abrió a los 26′, desde una pelota parada y gracias a un grosero error del arquero local, que salió débil en las alturas y se dejó anticipar por Maidana. Dos cabezazos en el área es gol, dice una máxima futbolera. Y Alario la mandó a guardar.
El desahogo a partir del tanto del #13 apagó definitivamente las intenciones del Sanfrecce Hiroshima, que sintió el desgaste de las últimas competiciones y perdió el vértigo que incomodó a River en la primera etapa. Así, el millonario mantuvo la mínima. Con mucho sacrificio, con el overol y el aguante de 20 mil almas, se clasificó a la final soñada. ¿Y ahora? ¿Quién te quita la ilusión?
