Isotipo_Figuras3

15195-dsc_9746
En el Monumental, River y Boca igualaron 0 a 0 en uno de los superclásicos más desparejos de los últimos tiempos. El millonario fue mucho más, pero falló en la definición.

La tarde superclásica ofreció en el Monumental un partido atípico, muy distante a lo que venían ofreciendo River y Boca en las últimas presentaciones. Es que el millonario fue mucho más que su archirrival, de principio a fin, más allá del score final.

En la primera etapa River fue el dueño exclusivo de la pelota, el juego y las situaciones. Más allá de algunas aproximaciones, la primera clara -clarísima- la tuvo a los 18 minutos, luego de un tiro de esquina y un remate que se fue al lado del palo derecho de Agustín Orión. Diez minutos después, Rodrigo Mora rompió el palo derecho de Orión. A los 38′ Nacho Fernandez alcanzó a desviar un centro con la punta del botín y el arquero de la visita llegó con lo justo.

En el complemento, el conjunto boquense pareció tomar un poco más la iniciativa y llevó algo de peligro con desbordes y tiro libres al borde del área. Sin embargo, con el correr de los minutos el equipo del Muñeco volvió a tomar las riendas del cotejo y llegó con más claridad. La más nítida fue a los 40 del complemento, tras un centro al ras de Gonzalo Martínez, una pifia de Alonso y un control largo de Rodrigo Mora, que no pudo definir bien ante el achique de Orión.

River mereció más, pero se llevó muy poco por no saberlo definir. El millonario le perdonó la vida y se fue del Monumental con la extraña sensación de haber perdido más de lo que ganó, a pesar del buen partido que hizo ante un Boca timorato, que se aferró al empate e hizo muy poco para sumar.