Marcelo Gallardo volvió a improvisar con Leonardo Ponzio como segundo marcador central y volvió a sufrir una dura cachetada, como ante Belgrano y Godoy Cruz.
River tuvo seis minutos fatales, es cierto. Pero también es cierto que cada vez que lo atacan, es medio gol. Pasó hace un par de días en la Copa Libertadores, con la primera llegada clara de Sao Paulo que terminó en el fondo de la red. Pasó esta noche en Santa Fe, con las primeras aproximaciones que tuvo el Sabalero, fundamentalmente en el segundo tiempo.
Más allá de los errores puntuales e individuales, hay un dato insoslayable: en los tres partidos que cayó el millonario en este torneo, Marcelo Gallardo decidió probar con Leonardo Ponzio como segundo marcador central. Pasó ante Belgrano en Córdoba y Godoy Cruz en el Monumental, cuando hizo dupla con Jonatan Maidana. Sucedió también hoy, con Mammana como primer central y una defensa improvisada por lesiones y descansos obligados.
Más allá del error en el tercer gol (dio un paso hacia adelante y cedió terreno a Alan Ruíz, que encaró en soledad porque Mammana quedó enganchado), el conjunto millonario volvió a sufrir en el juego aéreo y mostró fallas muy notorias en la coordinación a la hora del retroceso. El fondo tocó fondo, valga la redundancia, y se transformó para River en un verdadero dolor de cabeza.
