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Gallardo entrena

Los diferentes resultados negativos consecuencia del mal juego, deben dejarle al cuerpo técnico una lección de cara a lo que sigue. Re-comprender los elementos para construir en base a ellos un funcionamiento eficaz.

Desde que River fue campeón de América y más aún este año, luego de las idas y llegadas de varios jugadores, Gallardo no ha encontrado un estilo de funcionamiento. Es que mientras ese primer equipo del Muñeco del 2014 gustaba y goleaba, y el de la primera mitad de 2015 era más eficiente que vistoso, en ambos existía un denominador común: aprovechaban al máximo sus armas.

River ha movido su plantilla y eso hace que Gallardo deba adaptarse a los hechos y también aprender de las pruebas que ha realizado. Es, a mi entender, el momento de establecer un equipo que se adapte a las cualidades de los jugadores que posee en este momento, dejando de lado los experimentos y el recambio constante de ellos por diferentes posiciones, potenciando así los rendimientos de todos, y en consecuencia, del equipo.

La mayor misión para nuestro «Gran DT» será volver a evaluar las armas que tiene, y determinar por donde es mejor apuntar. Claro está que con estos nombres no se puede pretender ser aquel primer «River de Gallardo», pero quizás sí parecerse a aquel más aguerrido, equilibrado y eficiente que ganó la Libertadores.

Es momento de readaptar la idea a los elementos, y no forzar los elementos en una idea que, por los hechos, ha demostrado que debe ser modificada para que vuelva a aparecer ese denominador común: la eficiencia, según las armas.