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30 años del beto 1

(INCLUYE GALERÍA) Un día como hoy, hace 30 años, River escribía una de las páginas más gloriosas de su historia en territorio rival. Una vuelta olímpica, una pelota naranja y dos goles del Beto transformaron el 6 de abril de 1986 en una jornada inolvidable. Tres décadas después, el recuerdo está más vigente que nunca.

El 6 de abril de cada año se inscribe en el calendario millonario como uno de esos días patrios. Se celebra con una sonrisa, con el pecho inflado y las banderas bien altas. Se festeja porque es uno de los días más felices para la historia del Más Grande. Es el día de una de las grandes epopeyas de River.

Un día como hoy, hace 30 años, River llegaba a la Bombonera puntero y campeón de la temporada 1985/1986. A once puntos de diferencia, el hincha de Boca que asistió a su estadio fue testigo preferencial de una de las humillaciones más grandes del club de Núñez sobre su eterno rival.

La fiesta riverplatense comenzó con una vuelta olímpica histórica. La tercera en el campo enemigo. Mucho se habló durante la semana, Hasta llegaron recomendaciones de la AFA, las fuerzas de seguridad y del entorno cercano al presidente Raúl Alfonsín. Poco les importó a los «leones» del Bambino, que esquivando piedras, pilas y hasta radios portátiles, dieron una vuelta inolvidable en la Bombonera.

Lejos de conformarse con el orgasmo de la previa, hubo un partido. 90 minutos de éxtasis para el campeón. A los 30 minutos de juego. Roque Alfaro lanzó un centro cruzado desde la derecha, Oscar Ruggeri se llevó la marca de los centrales y el Norberto Alonso apareció en soledad, para clavar el balón por encima del cuerpo de Hugo Orlando Gatti. La pelota anaranjada, solicitada por el Loco para poder distinguirla de los papelitos, terminó adentro de su arco.

En el segundo tiempo hubo cambio de esférico. Se jugó con el balón blanco. Aun así, el Beto se convirtió nuevamente en verdugo. A los 34 minutos, luego de perder a Alejandro Montenegro por doble amonestación, el 10 de River aprovechó un tirlo libre a 30 metros del arco donde estaban ubicados los hinchas del Más Grande. El zurdazo del Beto desvió su curso luego de dar en la mano en Pasucci y se coló junto al palo derecho de Gatti.

Con pelota naranja o pelota blanca, daba lo mismo. Norberto Osvaldo Alonso les hizo goles de todos los colores. Ese domingo 6 de abril no fue la excepción. El correr de los años hicieron de aquella jornada un día mágico e inolvidable. Tres décadas después, el recuerdo está más vigente que nunca.