River no estuvo efectivo a la hora de convertir y lo pagó sobre el final. Ahora suma cinco partidos sin victorias en el torneo local.
La frase dice: «los goles que no se hacen en un arco se sufren en el otro». Y eso sucedió con el millonario, que tuvo la pelota durante gran parte de los 90 minutos, pero no supo que hacer con ella. Si bien jugó con un equipo alternativo, ya son futbolistas que tienen muchos partidos encima y llevan varios meses en el club. Una señal de alarma.
River en ningún momento pareció tomar dimensión del equipo teníamos en frente. Porque si bien estaba una institución con poca historia, en el banco estaba Caruso Lombardi, un entrenador marketinero pero con planteos que son siempre iguales. Un descuido por parte de todos.
Para finalizar, el bajón no obedece a ningún jugador en particular, porque fue un rendimiento malo desde lo colectivo, más allá que haber concretado dos goles y manejar la pelota durante todo el partido.
