La AFA designó a Darío Herrera para dirigir el superclásico del próximo domingo en la Bombonera. En esta nota, todos los detalles de una nueva «opereta» de Daniel Angelici en los escritorios de la calle Viamonte.
La noticia fría y superficial es que Darío Herrera será el árbitro del próximo superclásico, que se disputará este domingo 24/4 desde las 16.15 en la Bombonera. Sin embargo, hay algo más. Siempre hay algo más cuando Daniel Angelici y los suyos andan cerca de la AFA.
Es que Darío Herrera es el pito que pidió Boca, desde las sombras (o no tanto) para dirigir este domingo. Y sobran los motivos para sostenerlo. Aunque en las estadísticas cuenta con un antecedente favorable (el superclásico del gas pimienta en la Copa Libertadores 2015) y otro en contra (triunfo del eterno rival en el Monumental con gol de Lodeiro), lo cierto es que al equipo de la Ribera le fue mucho mejor con Herrera que al millonario: 7 triunfos y 1 derrota dirigiendo a Boca; 3 victorias, 2 empates y 2 caídas cuando dirigió al Más Grande.
Detrás de las estadísticas, hay datos concretos que abren un manto de sospecha, cuanto menos. Como adelantó LA MÁQUINA RADIO en la previa del cruce copero en los octavos de final de la Libertadores, Darío Herrera tuvo algunas intervenciones concretas que perjudicaron a River. Si hay que hacer memoria, el primer recuerdo que aparece es un supuesto adelantamiento de Barovero en un penal en el Nuevo Gasómetro, que el juez hizo repetir luego de la atajada de Trapito. Más cerca en el tiempo, hubo un clarísimo penal contra Driussi en Sarandí que lo vio todo el país menos el juez. Tampoco vio una notoria falta sobre Funes Mori en el primer gol de Arsenal en aquél agónico 3-3.
El antecedente más grave, sin embargo, es el superclásico copero del 2015. Más allá que no tuvo grandes desaciertos en esos 45 minutos que se jugaron en la Bombonera, hubo un planchazo de Gago contra Mammana que debió ser sancionado con expulsión. Y lo peor de todo, más allá del juego, se vio en el triste desenlace de aquel partido. Un árbitro sin autoridad, incapaz de suspender un partido que no se podía seguir jugando por las condiciones externas y las heridas que habían sufrido los jugadores de River. Los expuso durante 2 horas y media a una situación límite, innecesaria y vergonzosa.
Como frutilla del postre, aparecieron fotos del hermano del juez con indumentaria boquense. Y ni hablar de los tuits de Nahuel Schiavi, sobrino del ex-jugador del eterno rival, DT actual de la Reserva. La cercanía de las familias Schiavi y Herrera data de mucho tiempo y los mensajes publicados en la red social hablan por sí solos…
