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IMAGEN: Prensa River
IMAGEN: Prensa River

De la mano de un D’Alessandro inspirado en la primera etapa y con alguno sobresaltos defensivos en el segundo, River venció a Trujillanos en el Monumental y cumplió el primer objetivo: meterse de lleno en los octavos de final de la Copa.

Había que ganar, como primer medida. Y River lo hizo. Claro que estuvo lejos de ser el partido soñado por el hincha e imaginado por Marcelo Gallardo. Es que el millonario tuvo todo a su disposició Para golear y florearse. De hecho, por momentos lo hizo. Pero evidenció algunos problemas defensivos que pusieron en algún momento en jaque la amplitud conseguida en el marcador.

En la primera etapa, River fue pura contundencia en el primer cuarto de hora. Al minuto de juego tuvo una doble situación de peligro, primero a través de un remate de Milton Casco desde afuera del área, en la jugada siguiente con un cabezazo de Alario que se fue besando el poste.

Siete minutos más tarde, y a través de un tiro libre en la puerta del área, Andrés D’Alessandro abrió el marcador para River, con algo de complicidad de parte del arquero local. En la jugada siguiente, derrumbaron a Milton Casco en el área y el propio Cabezón estableció el segundo grito de la noche.

Con el resultado a favor y las falencias del rival, el equipo millonario sacó el pie del acelerador y por momentos entregó la pelota. El visitante, sin nada que perder, ganó en confianza y lastimó al conjunto de Núñez. Así, llegó al descuento a través de un golazo de Maurice Cova, inatajable para Marcelo Barovero.

Más allá del gol de Trujillanos, River quedó con un hombre más a los 35 minutos de juego, por una doble amonestación de Mendoza. Y el Más Grande lo capitalizó en los primeros instantes del complemento. A los 3′ Camilo Mayada aprovechó una mala salida del arquero venezolano y empujó al fondo de la red el tercer tanto de la noche.

Faltaba el grito del goleador. Y llegó a los 23 minutos, luego de una serie de rebotes en la puerta del área y un control un poco largo de Bertolo. Lucas Alario corrigió y anotó en soledad el cuarto para River.

Partido liquidado, pensaron todos. Pero no. River se durmió, como hizo en la segunda mitad del primer tiempo. Y Trujillanos se animó. A los 28 llegó con profundidad y Franklin González definió con el arco de frente luego de un rechazo al medio de Barovero. Tres minutos después, Álvarez Balanta cometió un penal infantil contra Granados y Cabezas se acercó nuevamente en el marcador.

Más allá de algún momento de incertidumbre, el Más Grande abrochó la victoria que necesitaba para clasificar a los octavos de final y pensar en lo que viene: Independiente del Valle de Ecuador.