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Detrás de toda gran idea, hay un gran hincha. Así sucedió con la gestación del Día Internacional del Hincha de River, que nació por una iniciativa de Juan Manuel Grassi, mentor de la Subcomisión del Hincha y hoy recordado por el propio Rodolfo D’Onofrio. 

Corría el año 2003 y la vieja Subco del Hincha elevó a la Comisión Directiva una propuesta inédita hasta la fecha: declarar el 28 de septiembre de cada año como el Día Internacional del Hincha de River. La iniciativa no sólo fue aprobada por unanimidad, sino que caló profundamente en los hinchas y se instaló como una fecha patria.

Desde aquél entonces y hasta la fecha, la idolatría por Ángelito fue en alza. Las nuevas generaciones adoptaron al Feo sin siquiera haberlo visto jugar o dirigir. La imagen de Labruna tapándose la nariz se transformó en bandera. La caricatura de don Ángel con alas se materializó en un gigantesco Angelito inflable, uno de los atractivos principales cada vez que River celebra algún Día del Hincha. Y así, con miles de ejemplos.

Los homenajes se multiplican cada 28 de septiembre, por todo lo que significó Ángel Labruna, dentro y fuera del verde césped. Y no es para menos.  Pero todo lo gigante que fue Angelito no opaca lo grande que fue -y sigue siendo- Juan Manuel Grassi, mentor de la propuesta que hoy nos convoca a vivir un día de fiesta. Como señaló hoy el propio Rodolfo D’Onofrio, su corazón dejó de latir hace unos años, pero su llama se mantiene viva en cada fiesta en la tribuna, en cada donación y en cada acto benéfico que encabeza la Subcomisión del Hincha. Su legado es enorme. Por eso, cada Día del Hincha es un tributo a él, al querido Juan de Querandíes, como lo conocían  todos. Eternamente presente en nuestros corazones.